El Comité – La Carta

El Comité – La Carta

Lunes, 15 de Mayo de 1961

El sobre llegó esta mañana sobre las 10. Tuve la extraña sensación de que no era una carta normal, aunque nunca he creído en eso de las sensaciones, intuiciones, y demás historias. Siempre he sido un tipo bastante pragmático y con los pies en la tierra. Uno ha pasado demasiadas historias como para andar pensando en que haya algo más de lo que se ve y se toca. Superticiones, religiones, rituales… no van conmigo. Sin embargo ese sobre marrón casi impoluto, me llamó la atención.

Sólo mi nombre manuscrito. Fritz Schreiber. Y los habituales sellos Top Secret y Confidencial. Nada extraño. En los tiempos que corren esos sellos casi sobran. Todo es confidencial, todo es alto secreto. Las paredes tienen ojos por todas partes y cualquiera puede ser un espía de alguna manera. Ya sea para el otro bando, encarnado en americanos(estos sobre todos son expertos en eso de espiar), ingleses, franceses… o para otros departamentos. Aquí la información es poder y vale más que mil relojes de oro. De hecho, con buena información podrías comprar todos los relojes de oro que quisieras.

No había visto nunca a ese mensajero y creo que eso fue lo primero que me chocó. Entre tanto uniforme de la Policía Popular en la que me encuentro, el uniforme del Ejército Popular Nacional que portaba destacaba. Y cuando estos señores se meten en algo las palabras “Alto Secreto” alcanzan otro nivel.

Por supuesto no esperó que leyese la nota. Es “Alto Secreto”. Él sólo tenía que entregarla y, con un saludo marcial, desaparecer, como así hizo. El contenido era escueto, como solían ser esos comunicados. Instrucciones breves y concisas a las que uno no podía negarse Jamás.

Berlín. 15 de mayo de 1.961.
Preséntese el próximo jueves 18 a las 10:00 en la sede del Ejército Nacional Popular en Strausberg. Máxima Confidencialidad

Nada del otro mundo. Otra reunión secreta en alguna sede oficial. Como director de la Policía Popular de mi distrito no era la primera vez que me convocaban a algo que ellos consideraban muy importante. Algún nuevo protocolo, alguna alerta o chivatazo sobre posibles incursiones por parte de la RFA en nuestros sistemas… Nada preocupante. Sin embargo me quedé mirando la nota un buen rato.

Escribo esto, con esta carta en el cajón. Siento más seguridad teniendo este tipo de documentos en casa que en el despacho. Luego la guardaré en la caja fuerte del dormitorio. Ahora Heidi duerme y el maldito cierre se atasca cada dos por tres, no la quiero despertar. La he vuelto a leer. Algo no me gusta.

Tengo que recordar a Heidi que el jueves saldré más temprano de lo habitual. Y ahora que lo pienso ¿qué es habitual hoy en día?


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