El comité – De locos

El comité – De locos

Jueves, 18 de Mayo de 1961 – Noche

A veces pienso que el mundo se está volviendo loco. O mi país. O mis políticos. O quizás sea yo el que está perdiendo el norte pero la idea que se ha puesto encima de la mesa en la reunión de esta mañana para formar este comité es de locos, me parece absurda. Espero que no sea más que algún tipo de locura temporal transitoria porque si realmente esto se lleva a la práctica puede ser un desastre para miles de personas. Aunque supongo que en el fondo no se trata más que de otro teatro de cara a la galería, más formal que real. O quizás eso quiero pensar.

Un muro. Ni más ni menos que un muro que separe “nuestro” Berlín del “suyo”. De eso hablan. Eso ronda por la cabeza de algunos de los altos cargos que había esta mañana. Por más que lo pienso no le encuentro ni pies ni cabeza. Ya está la cosa bastante tensa con la separación en zonas y los controles en la calles de vez en cuando para intentar que no pase la gente de un lugar a otro. Es ponerle muros al campo pero ahí están mis hombres vigilando.

Vale que es algo en gran medida simbólico. Los pases están a la orden del día, son más fáciles de conseguir que algunos alimentos básicos, y si no los hombres suelen hacer la vista gorda a cambio de unos cigarrillos, chocolate o algún otro pequeño lujo. No hacen mal a nadie. La picaresca es el día a día y nuestra gente lo está pasando demasiado mal como para encima hacerles sentirse atrapados. Por supuesto que creo en el comunismo, por supuesto que pienso que nuestra opción y nuestra forma de vida será mucho mejor una vez que nos recuperemos, pero la recuperación está siendo mucho más dura y lenta de lo esperado.

Vemos las tropas americanas en la zona de la RFA y vemos cómo los edificios van creciendo y la ciudad toma más y más vida. En nuestra RDA los soldados soviéticos parecen más preocupados por mantener fuera cualquier vestigio de capitalismo que por devolver el lustre a nuestras calles. Es la triste sensación que tengo y me duele.

Hace ya 15 años largos de los últimos bombardeos. Hace ya mucho que nuestra ciudad dejó de morir y debería empezar a renacer pero no acabo de verlo. Y no sólo yo. Mis soldados y sobre todo los ciudadanos de a pie lo sufren a diario. Faltan víveres básicos. El hambre no campa a sus anchas pero sólo de pan, salchichas y cervezas no podemos vivir. ¿Y ahora esta idea de locos?

Quiero seguir pensando que es sólo una de tantas ocurrencias y que los recursos que prevén destinar a esta construcción, humanos y económicos, se van a dedicar a, por ejemplo, devolver su esplendor a la Postdarmer Platz. Quiero pensar que es sólo una locura temporal transitoria y que el comité que han formado esta mañana durará poco o casi nada. Eso espero, de corazón.


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