No llego

No llego

Soy consciente de que es culpa mía y de que además es más psicológico que real, pero cada día tengo la sensación de que no llego, de que me falta tiempo. El día no tiene horas suficientes para todo o quiero hacer demasiadas cosas. Y lo peor es que muchas no son ni siquiera importantes pero supongo que la importancia de cada asunto es la que uno mismo le da.

Quiero dormir mis ocho horas, quiero escribir en este blog, quiero seguir con la serie sobre Mi Vida Digital, quiero re-re-tomar mi segundo libro, quiero tirarme en el sofá a ver Forjado a Fuego y no pensar, quiero sacar horas para los trabajos pendientes, quiero jugar al CrackDown3, Forza Horizon 4, Forza 7, Fifa, TombRaider…

También quiero/necesito salir a tomarme una cerveza en el Carletes un viernes o sábado por la tarde viendo la puesta de sol y escuchando el mar. Quiero dar un paseo con el coche sin mucho rumbo durante un par de horas, parar en algún sitio a dejar la vista perderse y volver sin haber hecho nada más que nada. Quiero viajar a El Palmar y ver la Puesta de Sol sentado en la arena dejando mis ojos inundarse de esa luz mágica.

Quiero hacer mil cosas con el ordenador. Terminar de configurar el NAS, organizar mi repositorio, pasar mis documentos técnicos de Word a Google Drive, copias de seguridad, terminar de poner a gusto el portátil, organizar mi puesto de trabajo en mi otro trabajo, montar el RetroPie en la RaspBerry, terminar la configuración del Google Home para probarlo en vez de los Echo, terminar de plantear el despacho y dar los toques finales a la casa.

También quiero ver Venom, Arde Madrid, la segunda temporada de Mira lo que has hecho, la segunda de la Maravillosa Sra. Maisel, algún documental, acariciar más a Lola, sentarme en el Chopp a tomar una cerveza sin pensar en todo lo que tengo que hacer.

Leer, POR FAVOR, leer. Tengo tantas ganas de retomar ese hábito tan sano. Y hablando de hábitos sanos: pasear. Cada tarde al salir del trabajo, como llegué a conseguir durante un tiempo. Una hora de paseo por mi, por mi salud, por intentar vivir unos años más.

Y aquí estoy, escribiendo esto en el Starbucks porque es mi forma de parar. Sentarme a escribir y tomar un café inmenso. Me cuesta parar y es también algo que necesito. Hacer y parar, así de contradictorio. Y aquí paro, para mirar por la ventana intentando no pensar en todo lo que tengo que hacer y en que no llego.

8 comentarios en «No llego»

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