Mi vida digital XIV: Xiaomi Robot 2 (I)

Mi vida digital XIV: Xiaomi Robot 2 (I)

Supongo que por el título del post de esta semana habréis adivinado ya que hoy no toca hablar de altavoces inteligentes o luces que se encienden solas. Hoy toca hablar de algo un poco más prosaico pero igual o más funcional: nos toca hablar de un robot aspirador. En concreto el Xiami Robot 2, o Xiaomi S50 Vacuum 2 Roborock.

No soy yo un obseso de la limpieza en casa. La eterna lucha entre tener la casa limpia y mi flojera suele acabar en victoria para la segunda. Ponerme a pasar la escoba, fregar, polvo… me da una pereza suprema. Había pensado más de una vez lo del robot aspirador, escuchando pros y contras y pensando sin mascotas ni nada y con el poco tiempo que estoy en casa no la veía muy necesaria, hasta que me metí en la reforma cambié el suelo

Tarima flotante, suelo de madera. Esa gran desconocida para mí. Me recomendaban no fregar apenas, siempre con poca agua y aspirar mejor que barrer. Eso y que con el suelo nuevo me apetecía más mantener la casa limpia fueron los alicientes para comprar el robot aspirador.

Buscando un robot

No fue una compra demasiado alocada, especialmente para ser yo. Miré por internet varias marcas y modelos. Roomba, que es la más conocida, Phillips, LG, Cecotec… y por supuesto Xiaomi. El rango de precios es abismal. Desde los apenas 200 € de una Conga hasta los bastante más de 1000 de los modelos altos de Roomba.

Que si mapear el recorrido o no, que si vuelta a base automática, que si poder controlarla por internet, que si capacidad del depósito de polvo, calidad de los filtros, autonomía, facilidad de acceso a repuestos… De todo me fui informando y acabé con algunas ideas claras. La primera, que tuviera muchos sensores.

No la quería dando golpes por toda la casa, quería que se detuviese antes de dar con la pata de la mesa, por ejemplo. También quería poder controlarla desde fuera de casa. No me bastaba con programarla a unas horas unos días, no es lo mío, no soy tan cuadriculado así que debía tener acceso WIFI.

Por supuesto que fuera una marca conocida y que pudiera adquirir los repuestos de mantenimiento fácilmente. Autonomía de un par de horas calculaba que de sobra, realmente mi Xiaomi no llega ni a una hora para limpiar la casa. Por ultimo la prefería de las que friegan, no solo aspirar. Llevan un sistema en el que no gotean mucho por lo que me parecía perfecto para mi nuevo suelo.

Lista preparada, investigación realizada y tras dudar mucho entre la Conga 900 Excellence 900 y la Xiaomi Vacuum 2, me decante por la segunda por ser una aspiradora bastante más inteligente. Pese a ser bastanta más barata que otras de prestaciones similares, lo cierto es que comprada en Amazon para tener garantía española no sale demasiado barata pero mi conclusión fue que, por prestaciones, merecía la pena.

Xiaomi

Siendo una marca china, Xiaomi se ha ganado el respeto de todos los que, en mi entorno, ha comprado productos suyos. Desde cámaras, de la que ya os contaré mi experiencia, hasta móviles sobre todo. Hace unos años no tenías más remedio que acudir a tiendas tipo AliExpress o GearBest y arriesgarte a comprar sus productos de importación, con la posibilidad de tener problemas en la aduana.

El precio compensaba. Móviles de prestaciones increíbles a precios ridículos. Menos de la mitad de lo que costaría un producto similar en Europa. Aún en el caso de que aduanas se metiera por medio, merecía la pena. Yo nunca he comprado en esas tiendas. Aprendí a comprar por internet con Amazon y su magnífico soporte post-venta y de ahí no me salgo. Y las aspiradoras llegaron a Amazon.

Porque Xiaomi es mucho más que móviles. Baterías externas, relojes, pulseras de actividad, drones, cepillos de dientes, luces inteligentes, bolígrafos… Todo un ecosistema de productos, enlazados o no, bajo el paraguas de la marca. Por cierto, también tienen paraguas.

Por lo que veo son una especie de “acumuladores” o algo así, no sé como definirlo. Hablando ya del aspirador, ellos no lo fabrican sino que es RoboRock y lo que hace Xiaomi es darle su nombre, prestigio y en este caso particular meterlo dentro de su plataforma de Internet de las cosas para poder usarlo con su software. De hecho, cuando me llegó a casa miré varias veces las fotos de internet y las comparé con mi aspiradora porque no aparecía Xiaomi por ninguna parte. Sólo una caja marrón sobria, pero elegante, con RoboRock como única marca visible.

Ahí tenía ese monstruo enorme, no había sido consciente de lo grande y pesada que era hasta que no la recibí, y tocada desembalar y poner en funcionamiento, pero eso os lo cuento la semana que viene, que ya está quedando larga esta entrada.

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