Caminante, no hay camino

Caminante, no hay camino

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.

No soy yo muy de poesía, la verdad. Nunca la he entendido demasiado, supongo que me viene larga para mi mente sencilla de cigarra. Para mí las cosas claras y el chocolate espeso, no tener que andar buscando metáforas, dobles sentidos, etc. Bien sabe mi hermana que por mucho que la quiera, lo de sus libros de poesía no va conmigo y aún teniendo dos, en breve el tercero, no he podido leerlos.

El caso es que sin embargo este poema de Antonio Machado me llega. Me parece una lección de vida impresionante. Así es la vida, un camino hacia adelante, avanzar cada día, hacer camino al andar, sin saber dónde nos llevará porque no hay camino sino estalas en la mar. Algo efímero, incierto. Claro que también influye el hecho de que no me llegara como poema en sí sino como parte de la maravillosa canción de Serrat.

Total, a lo que voy. Ando con los temas de decoración de la casa estas últimas semanas y aunque ya he parado, me quedaba un detalle. En mi pasillo he colocado fotos que me regalaron dos amigos y unas fotos que hizo mi padre hace tiempo. Tanto tiempo como 34 años, que se dice pronto. Y me quedan paredes vacías y justo la pared que está frente a las fotos de mi padre decidí llenarla de fotos mías. Un marco de estos que venden para 10-12 fotos y seleccionar algunas fotos.

¿Personas, paisajes, momentos…? Algo así me preguntaron cuando comenté la idea. No lo tenía claro, la verdad, así que decidí colocar una carpeta en el escritorio del ordenador llamada «Pared» y empezar a revisar fotos. No sabía qué iba a salir de ahí pero pronto me di cuenta de algo: era imposible seleccionar 10 fotos, por lo que el proceso evolucionó. Tuve claro que en el pasillo irían pocas fotos, puede que al final sólo dos o tres en un formato más grande y de paisajes, pero esa tarea de buscar fotos estaba siendo todo un viaje al pasado y a los sentimientos.

Era ese volver la vista atrás y ver la senda que nunca se ha de volver a pisar. Serrat y sobre todo esa canción me ha acompañado en este vistazo al pasado. Y me gustaba, así que aprovechando que aún tengo otra pared vacía en este despacho desde el que os escribo, decidí poner unas cuantas cuerdas atravesando la pared y de ellas colgar las fotos. Ahí sí tengo espacio y ahí sí he tenido el criterio claro: emociones.

Personas, animales, paisajes, instantes… cualquier foto que me transmitiera una emoción instantánea era susceptible de estar en esa carpeta «Pared». Con ese criterio saqué unas 150. Demasiadas aún, para una pared, no quiero parece un psicópata. Segunda criba: revisar esas 150 y quería dejar unas 50. Limpiar la mente un día y comenzar con esa carpeta. Debía ser rápido, sin pensar. Había que dejar que las emociones mandasen. 70 y pocas quedaron. Bueno, aceptable.

Ahora tocaba buscar un formato para imprimir por si surgía algo más que el 10×15 habitual en brillo o mate. Sí, lo había. En la web de Hoffman está este revelado retro como ellos lo denominan. Fotos en formato Polaroid que me pareció perfecto para mi proyecto así que ahí que subí mis 70 y pocas fotos. Pero resulta que cada foto la puedo acompañar de un texto. Unas pocas palabras en la parte inferior de la foto. Y esa fue la criba definitiva para dejar las 50 fotos, aproximadamente. No recuerdo si han sido más o menos pero muy cerca de las 50.

Seleccionar la foto y darme 20 segundos para pensar el subtítulo, ese fue el ejercicio que me puse. Solo una me dio algún problema porque se me atascaban demasiadas ideas. Las demás salieron solas. Ni 2 segundos necesitaba en la mayoría para que surgiera ese titular. Amistad. Familia. Pareja. Dobles Parejas, Apoyo. Cariño. Primas. Familia. Servesitas. Cosmopolita. Papá. Mamá. Complicidad. Surgían de la nada sólo al mirar las fotos.

La conclusión de todo este viaje llegará la semana que viene, las fotos están encargadas. No sé si llegaré a subir una foto con el montaje terminado a alguna de mis redes. Sé que no hay fotos más importantes que otras así que pienso barajaras y colocarlas de arriba a abajo de izquierda a derecha tal y como vayan saliendo. No habrá prioridades. Son parte de mi vida. Son la senda que nunca se ha de volver a pisar pero que estoy feliz de haber recorrido. Mi camino, mis momentos, mi vida.

Y por supuesto dejaré hueco, porque aún he de seguir unas cuantas estelas en la mar y tendré que colgar algunos instantes más.

PD: Ese cartel luminoso me lo regalaron hace tiempo. Estaba ahí esperando la ocasión para ser usado y ahí está. Es perfecto para es pared retro con ese texto.

PD2: La poesía que te debía.

3 comentarios en «Caminante, no hay camino»

  1. No conozco a nadie que entregue tanto en cada cosa que hace como tu. Me encanta la idea de las fotos, va a dar más ambiente, si cabe, de hogar a tu casa. Me encantaría estar entre tus fotos y ser parte de tu camino.
    Un besito.

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