Reflexiones de domingo: Disfrazarse

Reflexiones de domingo: Disfrazarse

Buenos días de domingo con coletazos de ciclogénesis explosiva por Málaga. Para los no iniciados en esto de la meteorología moderna, un viento de narices. Nada que ver con lo que han sufrido por el norte pero hoy se ha levantado un día ventoso de esos que no invitan a pasear. El sol despista porque parece ese sol agradable de invierno que te calienta los huesos agradable pero como no pilles una buena «recachita» estás perdido. Por cierto, recachita es un término que me han enseñado hace bien poco y que mencanta. Googleando un poco he encontrado esta definición en El Blog del Milano que me parece perfecta.

A la recachita. Así se dice por aquí cuando uno se resguarda del viento frío y queda al rescoldo del tibio sol de invierno…

Pues eso, que este domingo invita a buscar una recachita o a quedarse tranquilamente sentado en casa leyendo el #Smart17, un buen libro, viendo alguna serie… ventajas de los solteros que no tenemos que andar tirando de nadie para hacer lo que nos apetezca ni la responsabilidad de unos niños a los que dar un poco de aire. El caso es que yo me he venido a mi rinconcito en uno de los Starbucks de Málaga donde da un poco el sol y se ve la calle. Aquí disfrutando y haciendo unas cositas con el ordenador además de postear, os cuento un pequeño secreto: odio disfrazarme.

Eah, ya lo he dicho. Llamadme soso si queréis (sosoooo) que me lo merezco, pero es que nunca me ha gustado. Ni de pequeño ni ahora de mayor. Y os cuento esto porque está muy cerca ya el carnaval. De hecho andan ya con los concursos de agrupaciones y toda la parafernalia que rodea al carnaval. Que si murgas, comparsas, chirigotas, coros… todo ese submundo que desconozco y que no entiendo. Es más, hoy que estoy de confesiones os cuento otra: nunca les entiendo. Digo físicamente, nada de «en espíritu». No entiendo lo que dicen. Esas voces en general gritonas, esos pitos, esos disfraces… no lo pillo. Se que queda mal decirlo porque parezco uno del norte que necesito que me vocalicen, cuando precisamente soy de los que pronuncian fatal, pero es que no me entero de la mitad de sus palabras. Cuando alguna vez los ponen subtitulados les llego a coger el punto. Tienen su toque de ironía y sátira y son graciosos, pero no me entero. Eah. Más soso aún.

En general las fiestas no me gustan demasiado pero los disfraces no los soporto. Jamás he entendido ese afán de la gente de disfrazarse. Por supuesto carnaval es la máxima expresión de ese tipo de fiestas. Todo el mundo por la calle con disfraces más o menos elaborados e incluso con disfraces de grupo. Superdivertido todo. Ver a unos tíos hechos y derechos con tutús rosas haciendo que bailan el lago de los cisnes, por ejemplo, o unas muchachas estudiadas, abogadas y empresarias con diademas con formas fálicas en la cabeza (para los no iniciados en eufemismos, pollas de goma en la cabeza). Nunca le he encontrado la gracia a eso de ser otro por un día disfrazándose. Me parece igual de ridículo que el tema de las Tunas. Hoy estoy haciendo amigos pero es que no soporto las tunas tampoco. Esos señores universitarios, estudiosos, futuros médicos o abogados… con leotardos por la calle cantando clavelito. Por favor. Algún día igual uno de ellos me tiene que operar a corazón abierto para ponerme una válvula y recordaré que un día le vi dando saltos con la pandereta en una tuna. Apuf. No creo que ese día la anestesia haga su efecto conmigo.

Despedidas de soltero. Se supone que pretendes pegarte la última juerga de soltero de tu vida (o soltera, pero permitidme que no ande todo el rato con el masculino/femenino que se alarga esto más de la cuenta). Total, que para celebrar que te casas te dedicas a ir con una panda de supuestos amigos que te ponen ropa de mujer, un delantal con una polla o cualquier otra cosa que te haga sentir absolutamente ridículo. Y claro, ellos igual. Y de esa guisa paseas por la calle a emborracharte como si ya no te pudieras emborrachar jamás de los jamases porque dentro de un par de semanas te casas. Pues igual el mensaje es  que debes alegrarte mucho de casarte y de que no vuelvan a hacer contigo ese tipo de idioteces. Pero oiga, que el que sea lo disfruta, no lo entiendo.

Disfrazarse, cambiar de papel, no es nuevo. Existen referencias del Carnaval de Venecia desde el siglo XIII y del Carnaval de Cádiz desde el XVI, ahí es nada. Máscaras, disfraces, ampararse en el anonimato para hacer fechorías, que es lo que muchos hacen durante esas celebraciones por lo que incluso ha estado prohibido en numerosas ocasiones. Esa libertad que te da no ser tú mismo durante un rato. Supongo que para muchos esa es la gracia del Carnaval y el disfraz. Desinhibirse. Ponerte una máscara y a partir de ahora todo lo que suceda es perdonable. No eres tu, es el disfraz. No sé, debe ser algo así.

Yo para eso me tomo un par de birras y las pocas barreras que tengo se me terminan de caer. No necesito disfrazarme y confieso que siento un poco de fobia por los disfraces y la gente disfrazada. Y en un ataque de ombliguismo supremo llego a la conclusión de que quizás es simplemente que no me apetece dejar de ser yo. No le encuentro la gracia a convertirme en otra persona. Más o menos yo, según con quien y la confianza que pueda tener, pero prefiero ser el yo que decida a ser un torero bombero, un príncipe de Zamunda o una bailarina de Moulin Rouge.

Y hasta aquí mis reflexiones de domingo. Me voy a casa a poner en marcha un potaje viudo de judías pintas. Me disfruten el domingo, la semana y el febrerillo loco recién estrenado. Y ya puestos me disfrutan la vida cada día, por favor, que sólo tenemos una.

10 comentarios en «Reflexiones de domingo: Disfrazarse»

  1. Jajajajaja, haciendo amigos en la provincia de al lado y con los del concurso de agrupaciones!!

    Siendo de la tierra que soy, te podría dar una disertación.Pero… es que a mí tampoco me gusta!! Las voces graves de los coros, los agudos de las comparsas…sólo salvo a las chirigotas por la crítica ácida a la sociedad y hacerlo con ese punto irónico y lleno de dobles sentidos.

    Yo hace mucho que dejé de disfrazarme, y ahora no lo veo… he pasado por lo de las despedidas de colegas disfrazados y no les hacía falta, con 3 copas ya hacían bastante ridículo que no les hacía falta el disfraz.

    Bajo mi punto de vista ha perdido el sentido que tenía hace unos años, ahora es una excusa más para hacer un botellón legal en la calle. Antes era la excusa para saltarte prohibiciones y poder expresarte libremente…

    Lo de las cervezas lo veo… 😉

    Qué usted tb pase un buen febrerillo el loco, que parece que nos quiere revolucionar a todos un poco!!

    Un abrazo!!

    • jajaja. Cuanta razón en lo de que no hace falta disfrazarse para hacer el ridículo en una despedida de soltero. Puede que antes si tuviera sentido el disfraz cuando dar una opinión estaba penado. Hoy basta con abrirse una cuenta B en twitter, jajaja.

      Un abrazo y a por febrero!!

  2. Es verdad que cuando me disfrazo me lo paso muy bien, perotambien es verdad que hasta que no me meto en el disfraz me da una señora pereza hacerlo que pa que! Y cada año mas aun, son cosas de la edad, supongo, pero bueno, entiendo que cada uno disfruta como quiere (menos los tunos, eso es una tortura)

    • Creo que sólo a los tunos les gustan las tunas, jajajaja.

      Lo importante es divertirse y pasarlo bien, sea como sea. Un abrazo!!

  3. Pues yo estoy de acuerdo contigo en que los disfraces de las despedidas de solter@ y, en general, toda la despedida en sí son una horterada innecesaria. Pero a mí sí me gusta disfrazarme. Me parece divertido, un juego sin más. Como el que se disfraza sin disfraz a ser otra persona por un ratito. Como cuando tú te tomas un gintonic y te sientes diferente. No sé, es divertido, es romper con la rutina. Yo me he disfrazado innumerables veces en mi vida (he trabajado, además, como animadora turística) y te puedo asegurar que no es que no me guste cómo soy ni que no me atreva a hacer cosas sin esconderme en el anonimato.

    No sé, supongo que es la personalidad de cada cual. Nada más 🙂

    • Cada uno se divierte a su respetable manera. Será como dice paula, que soy un sosaina, jajaja. Na, que nunca le he cogido yo el punto a eso de disfrazarme. Ojo, que igual es pura pereza. Ya sabes que tengo un ojo vago y lo mismo se me ha contagiado al resto del cuerpo 😉

      Sea como sea, lo importante es ¡¡pasarlo bien!! Besosss

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