Reflexiones de (casi) domingo. 1 mes

Reflexiones de (casi) domingo. 1 mes

Hoy aún no es domingo pero estoy de celebración en casa tranquilo y me apetece escribiros un rato. Hoy estoy con cena de lujo, de esas muy especiales. Como sabréis por Instagram el jueves se cumplió el primer mes trabajando en mi nueva empresa y una persona que me quiere mucho me regaló un auténtico VI-NA-ZO. No era plan de tomarlo el jueves a la carrera, soy muy disfrutón y sibarita, así que me lo he reservado para esta noche. Buena música de fondo, luz tenue, un buen queso para acompañar (Boffard, que sé que a mi amigo en el exilio le gusta y me ha aficionado a él) y el Pago de Carraovejas, que es ese vino que sabe a manjar de dioses. ¿Qué os parece el plan?. Ya, es un trabajo duro pero alguien tenía que hacerlo.

Y claro, toca reflexionar sobre este primer mes. Ya os he hablado un poco sobre el cambio así que este post no será tan largo como suelen ser los últimos… espero. El resumen final es que no puedo estar más feliz a día de hoy. Ayer me hice una autofoto en puesto de trabajo donde me tocaba currar. Es una esquina de una nave industrial donde hay unos palets apilados que hacen las veces de banco de trabajo. Está más o menos acondicionado pero no deja de ser un lugar nada bonito: es un puesto de trabajo en un almacén. Con herramientas, tornillos, polvo, cajas abiertas de material que tenía que revisar… muy alejado de mi cómoda mesa de trabajo limpia y más o menos ordenada, con aire acondicionado, mis papeles, monitores… en teoría mucho más cómoda y posiblemente muchos pensarían que es un paso atrás. Nada más lejos de la realidad.

Dos cosas llaman la atención de esa foto. Una para mi y otra para la gente que la ha visto. A mi me llama la atención la enorme ventana. La luz tremenda que entra por allí. Acostumbrado a trabajar en una oficina donde la ventana más cercana estaba a 3 puertas de distancia y no veía la luz del sol desde que entraba hasta que salía, poder pasar el día trabajando frente a una ventana es un regalo. No tiene vistas, son cristales esmerilados para que pase la luz y ni vea la calle ni me vean desde la calle. Lógico, es un puesto de trabajo, pero a mi sentir esa luz me da la vida.

A la gente que la ha visto le ha llamado la atención mi cara de felicidad. Y es que si os decía hace tiempo que soy feliz ahora estoy casi feliz del todo. Muy poco más le puedo pedir a la vida a día de hoy. Ese trabajo me llena. Es un trabajo físico sobre todo pero gratificante. Un trabajo donde tienes unos objetivos que cumplir y vas viendo como el trabajo avanza. Un trabajo donde a día de hoy con los pocos compañeros que tengo trato a diario me llevo estupendamente. Un trabajo donde cada día descubro un aparato informático nuevo y vuelvo a conectarme a mis raíces informáticos. Un trabajo que me deja tiempo para salir a buena hora por la tarde e irme a pasear/andar para hacer algo de ejercicio. Un trabajo que me da vida en vez de quitármela, en el que siento que lo que hago está bien, pese a alguna equivocación que he tenido ya y que considero lógica en el proceso de aprendizaje. Un trabajo que supone un nuevo y gran reto para mi pero que me hace sentir cada día que puedo con él.

Sí, la gente me ve cara de felicidad porque estoy mucho más feliz en ese trabajo. Ya sabéis que nada es perfecto pero este mes me ha servido para cerciorarme de que no me he equivocado en absoluto. Por supuesto que merece la pena celebrarlo con este VI-NA-ZO y este queso porque hasta en la salud me noto mucho mejor. Qué malo es el estrés, madre del amor hermoso. Comentaba el otro día a los compañeros que ahora me levanto cada mañana con ganas de ir a trabajar. A ver, tampoco vayamos a idealizar. No es que me levante por la mañana cantando y tal, pero no tengo esa pesadumbre y ese desánimo que sentía cuando me ponía en marcha antes, no lo siento ni de lejos. Ahora siento esas ganas de ir a trabajar.

Y hay además un pequeño detalle que no me di cuenta yo sino la persona que me regaló este vino que ahora disfruto, a la que comentaba cosas del trabajo. Estaba contándole batallitas (no paro de hablar de esto, sé que estoy casi monotemático) y ella sonreía por lo bajini. Le pregunté que le pasaba y me dijo que le llamaba la atención como hablaba del trabajo en primera persona. Nososotros, nos… siempre era primera persona del plural. Yo ya estoy ahí, soy parte de esa empresa. Sólo un mes, o menos, he tardado en asumir que ese es mi nuevo hogar laboral. Recordé que tardé meses en hacer ese cambio la otra vez que pasé de una empresa a otra. Meses. Ahora unas pocas semanas.

1 mes da para mucho y este ha sido intenso. Me apetece celebrarlo con vosotros y dar dos agradecimientos. A quien me ha regalado el vino por estar siempre ahí compartiendo tanto y por alegrarse de mis alegrías tanto o incluso más que yo. Mil millones de gracias por todo. Y a mi muy buen amigo que ha confiado en mi para hacer posible que hoy esté celebrando un mes (y dos días) en mi nuevo trabajo como compañero suyo. Gracias se queda tan corto. Espero que lo sepas y si no ya me encargaré de que te enteres. ¡Gracias, chavalote!

Que afortunado soy de tener cerca gente que me quiere tanto.

6 comentarios en «Reflexiones de (casi) domingo. 1 mes»

  1. Pues mira, me alegro, ademas ya te digo que empiezo a envidiar una cosa de tu trabajo, yo trabajo en un cuarto cerrado y sin ventanas donde solo puedo ver la luz si me voy al despacho de al lado, y aun me alegra mas que te levantes y vayas con ilusion, son cosas que aumentan las ganas de vivir, un abrazo Dani, nos iras contando…

    • Yo llevo trabajando encerrado sin ventanas años y es algo que echaba de menos. No siempre estoy ahora con luz natural pero la veo mucho más así que la disfruto muchísimo.

      Un abrazo fuerte Fran!

  2. No puedo parar de leerlo, una y otra vez. Parece una carta de agradecimiento y de ilusión del niño al que los Reyes le trajeron justo lo que quería. Es tan raro oír (leer) a alguien hablar así de su trabajo que provocas hasta un poco de envidia… ¿He dicho un poco? Soy una falsa….. MUCHAAA. Menosmal que te queremos tanto que también provocas alegría, MUCHAAA!. Me gustaría ver esa foto que comentas.
    Por otro lado creo que ya te tocaba y se lo debías a alguien muy importante.
    El vino estupendo, el amigo el mejor y tú te lo mereces TODO.
    Besos y gracias por compartirlo.

  3. Parece que es época de cambios para todos… momentos de arriesgar y, por lo que se ve, salir ganador!

    Me alegro mucho Dani, que todo siga así y que los cambios que nos vayan afectando sólo sean positivos!

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