Inercia

Andaba yo ayer poniéndome al día con The Walking Dead y me vino a la cabeza esta extraña reflexión: ¿Cuántas cosas hacemos por pura inercia?. Porque si, porque es lo que hacemos siempre o llevamos ya mucho tiempo haciendo. Sin pensarlo, sin plantearlo, sin disfrutarlo. Por pura inercia.

Así andaba yo viendo el sábado al archiconocida serie de zombis. Ahí tragándome un capítulo infumable, en mi opinión, en el que uno de los protagonistas intenta ser doblegado por el malo malísimo de esta temporada encerrándolo en una celda sin luz, cama, comiendo comida para perros, poniéndole una música ensordecedora para que no pudiera dormir. Infumable, cansino, aburrido… el tema no da para 42 minutos de capítulo, apenas para la mitad. Y ahí lo tenía yo puesto en ese momento post-siesta. Esperando que terminara. Por inercia. Porque ya llevo vistas 6 temporadas, más o menos soportables, y la inercia me lleva a continuar viendo esta séptima temporada. Si ese capítulo, o el anterior, o alguno de la sexta temporada, hubiera sido el primero sin duda no tendría ahora esa inercia y no vería la serie.

Y eso me llevó a pensar en mi momento de aburrimiento, ¿Cuántas cosas hacemos por pura inercia?. Ojo, no hay que confundir hacer las cosas por inercia que hacerlas por costumbre. Las costumbres son buenas, agradables. Puede ser difícil distinguir una inercia de una costumbre pero creo que os quedará más claro si os digo que una costumbre es, como poco, agradable. Una costumbre es, por ejemplo, lo que hago cada viernes en algo un pelín diferente comiendo en la calle, cenando con algún amigo o, como poco, subiendo a casa comida del burguer. Costumbre es que me guste cada día comenzar con la misma rutina de ducha, desayuno, tele, vestirme y salir. En ese orden, sin cambiarlo.

Las costumbres son cosas agradables, rutinas que nos facilitan el día a día por no tener que pensar y que sí nos resultan agradables. Inercia es ponerme cada semana a ver un capítulo de The Walking Dead por el simple hecho de que está. Incercia es desayunar todos los días en el mismo lugar sin que te guste lo que hay por el siemple hecho de no pensar en cambiarlo. Aunque sabes que no te gusta y que ese bocadillo de jamón serrano seco y salado jamás te gustará. Inercia es seguir tomando ese café a diario con esa persona que ya no aporta nada a tu vida, quizás algo de malestar, pero no dejás de hacerlo porque cada día durante meses o años lo has estado haciendo. Aunque ya no te propocione placer. Ya no es una rutina, es pura incercia. Inercia es, quizás, seguir cada día con la misma persona con la que no eres feliz. Día tras día, por simple inercia, no porque sea agradable.

Inercia, en el fondo, es desidia, dejadez, desinterés, aburrimiento… dejar pasar la vida sin intentar cambiar las cosas aún sabiendo que es lo mejor que puedes, y debes, hacer.

Reflexiones de sábado convertidas en post de domingo.