Estar solo

Hace unas semanas quedé a cenar con unos amigos. Cena por el centro de Málaga y para rematar la noche subimos a una de las espectaculares terrazas que cada día proliferan más por la ciudad. En concreto la del Room Mate Valeria, que lleva unos pocos meses abierta. Vistas espectaculares del puerto y el parque de Málaga, servicio excelente por parte de la chica que nos atendió y un rato más que agradable con nuestros combinados. Llegó el momento de decidir si tomar la segunda o recogerse. Era alrededor de medianoche y mis amigos tienen dos niños pequeños. Uno dormido en su carro y el otro quedándose frito sobre su madre. No era plan de alargar más la velada y decidieron plegar velas. Yo escogí quedarme a disfrutar una copa más. Solo.

¿Pero como te vas a quedar solo? ¿Cómo te vas a ir luego a casa solo de noche? Venga, nos quedamos contigo a hacerte compañía. Esas y algunas más fueron las frases que salieron de su boca y tuve que convencerles que no pasaba nada, que me iba a tomar mi copa solo, tranquilamente, disfrutando la música, las vistas y una temperatura ideal para mi. Que raro ve la gente eso de estar solo, ¿Verdad? Y no sólo eso, cuanto le cuenta a la gente acostumbrarse a la soledad.

No sé si mi soledad es fruto de que lo he ido decidiendo y buscando sin darme ni cuenta o si estoy feliz solo porque se ha convertido en mi estado natural. Sea como sea me sorprende la gente que no es capaz, no sabe o no quiere disfrutar la soledad. Pero no sólo no disfrutarla sino que la sufre. Muchísima gente no soporta la soledad. Veo First Dates en Cuatro muchas veces y escucho a muchas de esas personas hablar de que la soledad es mala, que llegan a la casa y el mundo se les cae encima. Por supuesto gente madura, a partir de los 30, que son independientes, tienen casa, no viven con sus padres… Muchos comentarios sobre lo mala que es la soledad. Comentarios siempre compartidos por la otra parte de la ecuación. Es la situación normal. Parece que la gente, en general, no puede estar sola, que es algo contra natura. Yo disfruto llegar a casa y que sea mi remanso de paz.

Una de mis sobrinas se acaba de comprar una furgoneta. Hippy, destartalada, grande, vieja… y ella sola con su perro se fue hace poco a pegarse una escapada por Portugal. Sola. Y la gente se sorprende al escuchar esa palabra: Sola. Es como si vivir la vida sin alguien con quien compartir no fuera vivir. Respeto, entiendo y disfruto la compañía. Es más, cada vez más me veo capaz de compartir mi vida con alguien. Con según quien. Todo es cuestión de que sea La Persona Adecuada, con mayúsculas. Sin embargo mi soledad no es un sufrimiento, no necesito salir de ella.

Estar solo no es malo. Sólo hay que saber disfrutar con uno mismo. Es más, como diría una amiga: tengo una teoría. Pienso que nadie podrá estar feliz en una relación con alguien si no es primero capaz de estar feliz consigo mismo. Solo. Sola. Es un estado tan natural como otro cualquiera. Y aunque se viva en pareja, la soledad de vez en cuando es altamente necesaria. Es otra de mis teorías. Dos por el precio de una.

Disfruten estas lecturas en calma y soledad.

PD: Si, estoy en el Starbucks escribiendo. Esta música, esta tranquilidad, esta soledad acompañada en mi mesa favorita, ese mirar de vez en cuando por la ventana…. #Mencanta