Un café

Un café

cafeLlevo el café en vena. No solo esa infusión amarga y oscura repleta de cafeína para despertarnos por la mañana. Café como concepto de algo único. Café como concepto de buena compañia o buena soledad. Café como acompañamiento de algo que vas a disfrutar.

Alguna vez me suena haberlo escrito: no ne gusta el café pequeño. Me gusta en taza o vaso grande donde me dure una eternidad. Y es que el café es compañero de grandes momentos. E insisto: no sólo el café. Era Eko antes de tener edad para tomar cafeína, ese brebaje soluble de Cebada y Malta, si no me falla la memoria. Era Nesquik a veces. Era zumo otras, he de reconocer que las menos, pero lo importante es el rato.

Recuerdos de mañanas de domingo, de las que ya he hablado infinidad de veces porque es un rincón de mi memoria al que me encanta acudir. Eko para mi la mayor parte de las veces y ese sonido del molinillo de café primero y la cafetera italiana en ebullición después liberando el café y ese aroma que inundaba la casa.

Conozco personas a las que no les gusta el café. Y oiga, tan respetable como quien no le guste el chocolate, pero aún con ellas no puedo evitar la frase «¿tomamos un café?» de vez en cuando. Sé perfectamente que no tomará café pero entiende que no es el café lo que propongo. Propongo charlar un rato.

Café es charla. Café es ese momento tranquilo sentado en una cafetería tomando café, te, cocacolazero, trinaranjus de limón o lo que sea. El café es charla. Es hacer las paces si toca. Es llegar a acuerdos, es planear sorpresas, es amistad. El café es para mi amistad sobre todo. Une a la gente.

También la excitación de la mañana o después de la siesta pero el café, para mi, es mucho más que café. Café en mis genes, supongo.

10 comentarios en «Un café»

  1. Pues si, muchas veces el cafe es la excusa para hablar un rato con alguien especial, y yo tambien echo de menos los cafes con Alicia Juanje, una barbaridad

  2. Me has recordado a tardes de viernes con un buen grupo de compañeros de COU reunidos en torno a una mesa con esos cafés; a mañanas pesadas de facultad donde se convertían en evasión, a tardes de confidencias y tonteos…

    Creo que la vida acaba girando alrededor de un café!!

    Y sí, yo también hecho de menos esos cafés con Alicia…

    Un abrazo!!

    • Curioso como tantos lectores de esta web recuerdan esos cafés. Me quedo cob eso de que la vida acaba girando alrededor de un café. Me gusta

      Un abrazo

      • Y ahora que lo dices, creo que podría hacer hasta la evolución de como tomaba los cafés entonces a como los tomo ahora…

  3. Tomo café desde muy pequeño, al principio era leche con unas gotas de café que adornaban el blanco con un leve tono marrón. Poco a poco el marrón fue apoderándose del blanco hasta que lo sustituyo por completo.
    Organizo mis días con la música de una taza de café humeante, endulzándolo y saboreándolo a pequeños sorbos. El café siempre es una buena excusa para tener un rato de agradable conversación, dar un consejo o recibirlo, arreglar algún mal entendido, navegar por la red, leer, escribir… El café como concepto de pausa para meditar, para analizar cómo ha ido el día y planificar el siguiente…y porque no, también para echar a volar la imaginación, aislarte por unos minutos de lo que te rodea recreando un espacio ideal propio, tal como hacía en la inolvidable “Cafetería de Alicia” donde el envolvente aroma del café era acompañado por la dulzura de su creadora.
    Saludos.

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