Roles

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RolSoy una persona tremendamente nerviosa, pese a lo que pueda parecer. Por eso me sorprende que a veces gente que me conoce diga que soy alguien que les da paz, que soy un hombre tranquilo, que suelo estar sereno… cuando en realidad los nervios van por dentro  y hay quien conoce esa «cara B» y ha visto a ese Dr. Hide que llevo dentro.Una grandísima Amiga dio con lo que creo que es la explicación no hace demasiado. Os cuento.

Corría el año nosecuantos, las cartillas de racionamiento estaban a la orden del día… Enga, va, es broma. No soy tan mayor. Me pongo serio pero si es cierto que pasó hace ya muchos años. Por esa época de Teresa, de la que os hablé hace unos días. Estaba trabajando en esa habitación que compartimos tantas horas ella y yo. Laboralmente hablando, por supuesto.

Como todo ser humano odio las cucarachas. Y quien no las odie, no es de fiar. Me hacen salir corriendo y huir como si no hubiera un mañana. Nunca he pisado ninguna. Sólo imaginar como ese bicho pueda crujir bajo mi píe me da repelús. Total, que aquella tarde de verano estábamos allí con nuestras cosas. Hablando mientras compilaba algún programa COBOL de los que yo hacía o regeneraba algunos índices de algún archivo cuando apareció una «C».

Terese se puso a gritar, salió corriendo y se colocó detrás de la mesa donde yo estaba y detrás mía, claro, dejándome allí enfrentando con ese ser surgido del mismísimo infierno. Y no me quedó otra que enfrentarme a la «c». Mi cuerpo se serenó, tomó conciencia de que era un ser minúsculo que jamás podría hacerme daño y me acerqué poco a poco a ella mientras Teresa seguía escandalizada tras la mesa.

No, no pude pisarla. Ese pensamiento no conseguí quitarlo de mi cabeza, pero me armé de valor y me dediqué a patearla hasta sacarla de aquella habitación y, ya puestos, de la nave donde trabajábamos, que la puerta estaba cerca. Con calma, sin perder el control ni un sólo instante. Y no sabía porqué había ocurrido eso.

Se lo conté no hace mucho a esta Amiga de la que os hablo. Yó nunca encontré explicación a mi comportamiento de aquella tarde. No pretendía impresionar a Teresa, no quería hacerme el macho ni nada similar. Simplemente fue una reacción que me surgió así. Mi Amiga, con esa claridad de ideas que admiro tanto de ella (entre otras muchas cosas), me soltó algo como «Es que el otro puesto ya estaba pillado». No recuerdo si dijo puesto, rol, papel… algo parecido. El papel de «tener miedo de la cucaracha» se lo pidió Teresa en el segundo cero y no me dejó asustarme. Los dos en el mismo papel no hubiéramos llegado a ningún sitio así que, sin pensarlo y sin ser ni siquiera consciente de ello, asumí el puesto de mantener la calma y hacer algo.

E insisto en que no fue por lo de ser el hombre, simplemente lo hice. Me encantó que de repente, tantos años después, alguien como mi Amiga diera con esa explicación porque da sentido a muchas cosas en mi vida. Soy una persona, como os he dicho, terriblemente nerviosa, pero suelo mantener el control especialmente cuando el resto lo pierde. No lo hago conscientemente pero me surge así. De hecho me ha vuelto a pasar hace nada en una situación en la que la persona con la que estaba se puso nerviosa y yo mantuve la calma hasta dar con la solución.

Supongo que inconscientemente asumo ese rol de mantener la calma cuando los demás la pierden, o empiezan a perderla, pero cuando estoy sólo me cuesta horrores mantenerla. Me estreso, me agobio, me falta el aire, me dan ganas de vomitar (tengo tendencia a  que los nervios se me cojan al estómago). Si el puesto de los nervios y el descontrol está libre, me lo pido sin dudarlo.

Me sorprendió que mi Amiga diera con la tecla tan fácilmente. Por un momento pensé que es que lo que me pasa es muy normal y que la gente suele actuar así. Luego caí en la cuenta de que no, que mi Amiga es que es muy muy especial y por eso acertó con algo que yo no había pensado en años.

Cosas que uno recuerda por las noches.

8 comentarios en «Roles»

  1. Yo creo que me llevo el puesto de hombre calmado, excepto con mi madre, que me saca de los nervios (ella si es nerviosa, con todos)

  2. Puestos a recordar, no hace mucho dentro de un grupo increíble y bastante colgao alguien empezó a llamarme «el psicólogo» porque era capaz de tranquilizarlos y poner algo de cordura. Yo, que como digo muchas veces: «consejos vendo, que para mí no tengo» y que me llevan los demonios más rápido que lo que dura la mecha de un petardo; pero repasando parece una constante, moverme entre aguas turbulentas, tranquilizar las cosas y, creo, salir indemne…

    Eso demuestra adaptación, la que dicen es una de las mejores cualidades para la supervivencia. Creo que tu amiga tiene razón, según la situación los roles se asumen inmediatamente sin ni siquiera darnos cuentas…

    PD: Yo sí he pisado y puedo pisar las «c» 😛

    Un abrazo, y buen finde!!

    • Algo tendrás cuando todo ese ‘loco grupo’ te tenía por psicologo de cabecera, Jordi 😉

      A veces, muchas veces, es más fácil ver los problemas y ayudar a los demás que a uno mismo.

      Un abrazo, psicólogo

  3. Cuando no tienes opciones, tu instinto de supervivencia se activa.
    En mi caso por ejemplo, odio las alturas…no es vértigo…pero si tengo elección a mí nadie me hace subir a un sitio que vea el vacío bajo mis pies; en cambio en mi trabajo en algunas ocasiones que estoy sólo no puedo eludir la altura así que aprieto los dientes, arnés y para arriba en vertical…eso sí, sin mirar hacia abajo…una vez a 40-50 metros de altura mi cerebro lo asume, se aísla de la situación y a trabajar…aunque cuando vuelvo a pisar “tierra firme” necesito sentarme un rato, mi corazón va a mil por hora. Leí en algún sitio que la única forma de conocer nuestros límites es en una situación sin opciones…como diría tu amiga en una situación en el que sólo puedes asumir un unico rol…te guste o no.
    Un saludo.

    • La fuerza del instinto, tienes razón Bleu. En el fondo somos «animales» y nuestro instinto es sobrevivir, aunque sea agotador como ese trabajo tuyo que obliga a todo tu cuerpo a solicitar extra de adrenalina. Yo creo que no podría, pero imagino que es lo que dices: no se conocen los límites hasta que no tienes que superar situación donde no hay más opciones.
      Un saludo!!

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