Adaptación

Adaptación

AdaptaciónUno de los propósitos que me hice para el 2014 fue el de quererme más. Reconocer más mis virtudes y eso. Aunque no haya hecho declaración de principios para este 2015 esa es una asignatura que sigo teniendo pendiente y poco a poco quiero seguir mejorando en ella. Ver algo más mis virtudes y no centrarme tanto en mis defectos. Como todo hijo de vecino, tengo ambas cosas pero suelo tender más a «criticarme». Pero hoy toca lo contrario, hoy toca hablar de una virtud que me reconozco en el trabajo y en otros aspectos: mi capacidad de adaptación.

La heredo desde mis primeros tiempos laborales, cuando trabajaba como programador de ordenadores. Nunca me ha costado recoger el testigo de otro programador. Fueron mis primeros trabajos. Coger programas ya hechos por otros compañeros, con muchísima más experiencia que yo, y hacerles modificaciones, ampliaciones o lo que fuera. Desde siempre he tenido esa facilidad de adaptación. No me costaba leer lineas de código escritas por diferentes personas, captar su filosofía, aprender y adaptarme a ella. Respetar esas lineas maestras y esa idea a la hora de estructurar mi parte para que no se notase que era un añadido de otra persona.

Quizás falta de afán de protagonismo o falta de miedo al cambio, no lo sé. Muchos muchos años después y aún fuera de la informática, sigo siendo capaz de adaptarme a lo que sea. Ojo, no soy el único, ya os hablé de una compí que es una auténtica malabarista, pero si es cierto que también me rodean algunas personas incapaces de cualquier adaptación. Personas de costumbres y vicios férreos. Personas que les cuesta la vida misma cambiar unas normas o incluso cambiarse de silla. Personas que les explicas como deben hacer algo y en nada lo están haciendo no como se les dijo sino a su manera. Porque no tienen esa capacidad de adaptación, improvisación… esa vitalidad.

Para mi es incluso eso: vitalidad. No me gusta la gente que sólo quiere una tarea rutinaria y mecánica, algo que domine y si algo no es así lo tiene que llevar a su territorio. A veces yo mismo he deseado ser así. Que todo a mi alrededor esté controlado. Mi zona de confort, como lo llaman ahora. Sin embargo sé que me aburriría. Me gusta lo nuevo. Me gusta adaptarme. Me gusta que me vapuleen y que cuando creo que todo está controlado me lo pongan patas arriba.

Siempre con cierto control, pero en el fondo creo que me va la marcha. Y hablo de lo laboral y de lo no laboral. Vivir en la monotonía, en la rutina, sin pasión, sin riesgo, sin temor a perder, sin el goce que te proporciona ese instante irrepetible que ni imaginabas que iba a suceder. Sin el dolor cuando toca, claro. Pero es que en la vida hay de todo. TIENE que haber de todo. Y a todo hay que saber adaptarse y disfrutarlo.

9 comentarios en «Adaptación»

  1. Cheee q para hablar de tus virtudes no hacía falta poner como ejemplo a los q no mos gustan los cambios. Que nos has dejado por los suelos!

    • Touche amiga Paula. Es una cosa que nunca me ha gustado. Pero es que resulta que esa virtud la acabo de descubrir precisamente viendo la falta de adaptación de otros.

      De todas formas… No se yo si creerme eso de que no te gustan los cambios a ti.

  2. Aquel que tiene mayor capacidad de adaptación al cambio es aquel que tiene mayor posibilidad de sobrevivir. Charles Darwin…Por mi experiencia le doy la razón.

    Unos defienden que si lo que te sucede en cada momento, ya lo has vivido qué sentido tiene seguir viviendo. Otros que la rutina proporciona seguridad. Y una amiga mía diría que el punto de equilibrio estaría en el “justo termino medio”.
    Supongo que todo estará en función de la personalidad de cada uno.
    Yo lo único que se es que cuando me envuelve la rutina no tardo en cambiar de dirección. Unas veces acierto y otras no…de todo se aprende.

    • casi me quedo con el comentario de tu amiga: la virtud está siempre en término medio 🙂 y por. supuesto de todo se aprende!

  3. Pues ni me gustan ni me disgustan excesivamente los cambios, soy animal de costumbres fijas, pero no me cuesta excesivamente adaptarme a cosas nuevas, pese a todo, he cambiado 4 veces de destino en mi trabajo, y excepto en un cambio, me he desenvuelto bien y he estado a gusto, a veces echo de menos lo antiguo, pero no dejo de reconocer que las nuevas tecnologias echan una mano (aunque a veces fallen)

    • A veces un poco de paz y pausa viene bien pero es necesario saber adaptarse al entorno y no necesitar que el entorno se adapte a nosotros.

      Saludos Fran!!

  4. Hola, Daniel. Normalmente no me gustan los cambios, pero no soporto las sorpresas. Soy una persona de temperamento difícil ante los cambios y aunque tenga voluntad para adaptarme a lo que viene, me viene grande el asunto, no tengo la capacidad de empuje para superar los retos por mí mismo y reconozco que necesito ayuda para poder superarlos, ayuda de la buena, pero que no vuelva a repetirse como en veces anteriores que salí mal parado. Mi caso es muy diferente, tachable de idiota, pero que en realidad no lo es porque cualquier cosa simple es suficiente para bloquearte y no tener capacidad de respuesta. La semana pasada salió en las noticias sobre el síndrome de Asperger. Si deseas profundizar en el tema está la película Rainman de Dustin Hoffman y Tom Cruise y un documental que se llama «La vida de Hugo», e ir buscando por internet. Contándote esto tienes una ligera idea de cómo soy y actúo

    Saludos!!

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.