Nada es para siempre

Hubo un tiempo en que me encantaba tener dos pantallas en el ordenador y en una de ellas tenía sólo y exclusivamente (o casi) Twitter. Tweetdeck a toda pastilla, despliegue inmenso de columnas que parece que esté leyendo los gráficos de la bolsa y que me vaya la vida en ello. Sin embargo mirad ahora que tengo en la segunda pantalla. Una foto de Laila paseando por la playa de quien sabe donde. Tranquila e invitando a escaparte con ella a ver ese anochecer que se intuye por el color de la foto. Ese paisaje relajante es lo que ahora me apetece en ese segundo monitor. Mi pequeña ventana para evadirme de todo.Y es que nada es para siempre.

Porque yo hubo un tiempo que pensaba que twitter sería eterno para mi. Que jamás me desengancharía de esa red maravillosa. Que todas las mañanas saludaría a unos y otros y seguiría conversaciones interminables. Que seguiría compartiendo horas y horas, pendiente de mi TL, de las actualizaciones de la gente y con ese ansia por no perderme nada. Qué equivocado estaba. Nada es para siempre.

Tal como me vino esa adicción por twitter noto que se está marchando. Casi sin darme cuenta. Nada traumático en plan «odio twitter y a todos los twitteros». Simplemente mi interés se ha ido apagando. Creo que es fallo mío. Más bien sé que es fallo mío. Soy poco constante. Me dan los enganches por lo que sea pero antes o después se me acaba pasando. Soy pasional en lo que hago pero la pasión es muy efímera. Y es que nada es para siempre.

Me pasa con los cacharros tecnológicos, las redes, los juegos e incluso con las personas. No tengo amigos de estos de los de la infancia. En mi caso ni siquiera eso es para siempre. Y ojo que no lo digo con orgullo. Ojalá tuviera amigos o amigas de esos de toda la vida pero no es el caso. Ni siquiera pareja/novia tengo de los de toda la vida. Yo es que me planteo eso de una novia para toda la vida y me da vértigo. Pero literalmente. Cuando estaba con mi ex y pensaba en rollo boda, vivir juntos para siempre y todo eso tan mono, a mi me entraban lo que con el tiempo he aprendido a reconocer como pequeños ataques de ansiedad.

Porque nada es para siempre y esas relaciones de cariño eterno… como que no. Puede haber mucha pasión inicial y amor pero ¿vosotros creéis en el amor para toda la vida? Yo no me lo acabo de creer. Reflexiones de año nuevo.