El pequeño Nicolás

No podía ser de otra manera: hoy tengo que dedicarle un post al Pequeño Nicolás. Escrito desde el desconocimiento de la verdad, porque sólo sé lo que se cuenta en la prensa y lo que el ha contado en la entrevista que ha publicado en El Mundo hoy,  y sólo mi opinión, no se me vaya a ofender y mandar a su pequeño equipo de abogados.

¿Qué sé del Pequeño Nicolás? Pues que es una chaval de unos 20 pocos años, que no se ha sacado el carné de conducir porque dice que está demasiado ocupado para eso y que además así mientras le traen y le llevan puede ir trabajando. Dicen que no es nadie, que no hace nada, pero se codea con todo todo el que pinte algo en este país. O al menos se ha hecho fotos con ellos. Conocerle parece que le conocen, por un motivo u otro. Pero nadie lo reconoce abiertamente.

Dicen que le han dejado vivir de gratis un año en un chalet que costaba creo que 6.000 euros de alquiler al mes. El dice más o menos que es agente del CNI y que encima hacía los favores que le pedía «de gratis», que hasta le ha costado dinero y todo. Dice que está escondido pero hoy ha vuelto a dar el pelotazo concediendo tres «exclusivas» a tres medios diferentes. Una entrevista en El Mundo, que bien podía haberse publicado en El Mundo Today, una entrevista en video a La Sexta Noche y para colmo una aparición en directo en Un Tiempo Nuevo, en Telecinco. Que por cierto, que tenga cuidado no sea que tengamos una patrulla de Asuntos Internos de la policía en directo para detenerle.

Porque es que si le creemos a el no le detiene una patrulla cualquiera, le buscan los de Asuntos Internos, que mola más. Tres coches, ni más ni menos. Eso cuenta en El Mundo. Y sufre amenazas y le dicen cosas «raras» en el calabozo. Que dice que se pegó los tres días agarrado a los barrotes. Eso es resistencia, macho.

En fin, todo un personaje. La entrevista desde luego es para leerla y yo no me pienso perder su aparición en Un Tiempo Nuevo a ver como aguantan las risas los periodistas que le entrevisten. Porque a mi me parece tan de risa todo. A mi este chaval, con todo mi respeto e insisto que mi opinión, es el típico caradura que se cuela en las bodas y según quien le pregunte es amigo del novio, de la novia o el primo de un pariente lejano. El típico jeta que va a comer gratis los fines de semana pero a lo grande.

A uno le digo que vengo recomendado del otro, al otro del uno y como nadie se va a poner a averiguar si es verdad, pues voy colando. Y ya. Hasta que alguien le ha pillado. Y bien sea por simple vergüenza o por razones más oscuras nadie se atreve a reconocer abiertamente que si, que le tomó el pelo. Porque a lo mejor a uno le dijo que era amigo de fulano y este lo contó que mengano había hecho tal o cual con este. Como están en confianza, pues eso. Y lo que este le contaba lo usaba para que el otro le contara, y así iba ganando fuerza su teatrillo y encima se cubría las espaldas.

Yo la verdad es que me divierto mucho con todo esto y, como decía esta mañana por twitter, este tipo es el puto amo. Un crack, un vividor de esos que sólo pueden vivir en España. O quizás no, que ahí tenemos la historia de Frank Abagnale, la que cuentan en Atrápame si puedes. Y eso también fue verdad y pasó en Estados Unidos.

En fin, que vividores y caraduras ha habido y habrá siempre. El pequeño Nicolás es la prueba viviente de que ahí siguen, en pleno siglo XXI. Larga vida al pequeño Nicolás que tan buenos momentos no está dando.