Qué bien vives

Qué bien vives

Qué bien vivesEs la frase que más escucho últimamente cuando alguien que no suele verme se encuentra conmigo. «Qué bien vives». Y lo suelen acompañar con un «Todo el día de GinTonics, de cervecitas, de tapitas… que envidia das». Y por supuesto me río. Y digo que claro, que se hace lo que se puede y es cierto. Que se puede vivir mejor, pues si, siempre, pero tampoco me voy a quejar. Hoy por hoy no vivo demasiado mal quizás porque he aprendido a ser feliz con lo que tengo.

Lo que más gracia me hace de ese «Qué bien vives» es que parece que no nos damos cuenta que lo que se ve en internet es una fracción de segundo. Es lo que comentaba el otro día de la cuestión de perspectiva. Por supuesto que es real. Por supuesto que esa parte existe, que disfruto esa cerveza o ese mojito viendo amanecer en el puerto de Málaga. Solo, por cierto. Y seguramente si lo comparto tanto es para sentirme un poco menos solo pensando que todos esos twitteros, Facebookeros, instagrameros… están, estáis, de alguna forma conmigo y no estoy tan solo.

Claro que soy feliz, claro que vivo bien. Hay días que sale solo ser feliz y días que cuesta más. Estos días está costando un poco más. Hoy hace 4 meses que murió mi madre y se ha unido a que el viernes volví al cementerio porque a un compañero se le había muerto la madre. «Se quedó dormida y se apagó». Así murió. En una residencia, cuidada, feliz con el personal y con sus familia, en paz. Quedarse dormida y no despertar. Su último recuerdo es de la última vez que la visitó, pocos días atrás, charlando con ella. Y esa es la última imagen que tiene de ella.

Yo intento ver estos días mucho la foto que tengo de mi madre con mi hermana, esa en la que sonríen las dos y que alguna vez he puesto por aquí. Es la imagen que quiero recordar de ella, pero estos días me viene a la cabeza verla con el respirador artificial, sufriendo. Ese ruido infernal. Esa boca seca cuando le pedimos al enfermero que le diera agua. Ese «No quiero seguir aquí» que en un suspiro dijo mientras le hidrataban la garganta. Ese «Duele mucho» que nos dijo arriba en la habitación cuando estaba desahuciada y lo único que podíamos hacer era calmarle el dolor para que no sufriera. Y lloro por dentro algo más de la cuenta estos días y a veces hasta por fuera.

¿Voy a compartir esas imágenes por instagram o por facebook? Claro que no, esas cosas, como tantas otras que todos sufrimos, se llevan por dentro. Y fuera das siempre tu mejor cara. Porque son esos buenos momentos los que te gusta mostrar. Compartes el mojito, los momentos retro en Gamepolis o la tapa en el Raff. Y las risas. Y sólo unas pocas personas de vez en cuando te ven romperte, como nos pasa a todos. Pero esos que lo saben también saben que lo de «qué bien vives» también es cierto. Porque así son las cosas. La vida está hecha de alegrías y de penas. Y no sé porqué os cuento hoy estas penas, quizás porque a algunos ya os tengo también como amigos y los amigos están a las duras y a las maduras. O porque no hay mejor terapia para aliviar el llanto que llorar hasta que no te queden más lágrimas.

Pero pese a todo, hoy por hoy vivo bien. Os lo aseguro. Ustedes disculpen este arrebato.

2 comentarios en «Qué bien vives»

  1. Las imágenes se superponen. A veces hay que hacer un gran esfuerzo para que prevalezca la que tú quieres, a veces es mejor rendirse y simplemente llorar de rabia y de impotencia…pero siempre hay que seguir adelante y vivir «lo mejor que se puede».
    A mí me gusta recordarla cogida de la mano.

  2. Dani, que cada uno viva como quiera y se administre sus buenos momentos, que los malos ya llegaran cuando toque, sinceramente, la tristeza pasa, pero sabes que siempre hay dias que se vuelve de visita, esos dias, combatirla lo mejor que se pueda, y poco mas que compartirla con un amigo, un abrazo Dani

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