Te pudres, te pudres, te pudres

Te pudres, te pudres, te pudres

French_KissNo os acostumbréis mucho a estos post nocturnos, o si. Yo que sé. Supongo que en el fondo me gustan porque me siento más libre, es realmente escribir por escribir sintiendo que nadie lo va a leer, pero luego caigo que al día siguiente seguirá aquí y lo mismo alguien lo ve, no sé. En fin, a lo que iba. Que ayer os conté uno de mis Guilty Pleasures y hoy, para contar lo que quiero contar, debo confesar otro: Hubo una época de mi vida que fui muy fan de las comedias románticas en general y de las de Meg Ryan, en su época pre-siliconada, en particular. Ya en alguna ocasión he contado que una de mis películas favoritas y posiblemente la que más veces he visto, es Cuando Harry Encontró a Sally. Pero hoy os hablo de otra.

Es curioso que no podría catalogar French Kiss como una de mis películas favoritas, aunque me parece una comedia romántica muy clásica, bien elaborada, con buen humor y algunos detalles brillantes. Hay dos cosas de esa película que recuerdo especialmente. Empiezo por la primera.

En la trama, el protagonista quiere conseguir dinero para comprar un viñedo y elaborar su propio vino. Kate (Meg Ryan) no es muy amante de los vinos y en esa escena memorable están en la casa de la infancia de Luc (Kevin Kline). Están viendo su cuarto de niño y ella descubre una pequeña caja con diferentes tarros. Le pregunta que es y el le cuenta que es un experimento de su infancia. La invita a probar el vino y a describirlo. Ella da una descripción de persona no experta, como la que daría yo. El le enseña la caja y hace que huela diferentes tarros. Lavanda, romero, … Le dice que pruebe de nuevo el vino y ella reconoce ahora todos esos matices, lo saborea de una forma totalmente diferente. Luc le explica que todo eso está en la tierra, que la uva se alimenta de la tierra y en el vino está todo eso, pero hay que saber apreciarlo. A mi me parece un momento mágico y confieso que en ese momento me apeteció mucho saber de vinos y desde entonces intento aprender.

La otra escena es mucho más ligera. El le explica que las cosas hay que soltarlas, que no hay que guardarlas dentro, que en la vida si te guardas las cosas te envejeces y el corazón se va pudriendo. En un momento dado ella se lo recuerda con un «te pudres, te pudres, te pudres», porque es él quien está ocultando algo que le atormenta.

Yo esta noche me pudro, me pudro, me pudro. Tranquilos, nada grave pero tengo cosas que me rondan la cabeza y no me dejan dormir. Cosas que no puedo contar, cosas que no puedo escribir, cosas que necesito procesar. Y llevaba en la cama casi una hora dando vueltas y en esos momentos bastante habituales en mi me viene a la cabeza la voz de Meg Ryan y su «te pudres, te pudres, te pudres», fijaos que idiotez. Y si puedo me levanto y lo escribo, como hago a veces, ya me conocéis. Otras veces como hoy simplemente me levanto y os cuento algo, lleno mi cabeza de otras cosas para apartar eso que me atormenta. Hoy ha tocado lo segundo y os aconsejo que no hagáis como yo. Haced caso a Meg Ryan y Kevin Kline: Soltadlo.

En fin, ya sabéis lo que tienen estos post nocturnos, que carecen de demasiado sentido. Boas noites followerciños. Disfrutad el vino y soltadlo todo porque si no te pudres, te pudres, te pudres.

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