La desesperación máxima

La desesperación máxima

desesperacionEsta mañana he leído este post de Carme Chaparro. Os recomiendo su lectura pero para los que no tengáis tiempo o estéis leyendo en el móvil (es increíble que MSN no tenga versión para móvil) os cuento que nos narra la historia de la desesperación a la que puede llegar un hombre que han detenido por fraude al seguro. El hombre es despedido de su trabajo y poco después pierde una pierna en un accidente. Reclama las indemnización por el accidente y cobra unas pólizas suculentas que le permitirán, en teoría, vivir holgadamente aún sin tener trabajo. Como nos cuento Carme en su post los Mossos d’Esquadra le acaban de detener porque han determinado que nada de accidente, que el mismo se cortó la pierna para cobrar esas indemnizaciones.

Sobre estos temas hay bastante tabú. Salvo que alguien se queme a lo bonzo y quede vivo, delante de alguna sucursal o ayuntamiento, los suicidios y este tipo de historias son un tema bastante tabú. Esta historia me ha traído a la cabeza la que le sucedió a un vecino de una buena amiga. Historia totalmente cierta aunque no apareciera en su momento en ninguna parte. Un señor que se suicida. Se toma un bote de aguafuerte. No quiero ni pensar lo que debió sufrir ese hombre mientras las tripas se le quemaban. Fallece. La familia destrozada, nadie se lo podía imaginar, como suele suceder. Deja mujer e hija (esta hija es la que era muy buena amiga de mi amiga).

Como os digo, nadie lo imaginaba. Y como buen suicida deja una nota. Pide perdón a su familia por lo que ha hecho pero no encuentra otra solución. Lleva meses sin trabajar, aunque nadie lo sabía en casa. Los fondos se van acabando, amenazas del banco y la única solución que ve es esa. Los seguros cubrirán la hipoteca, les dejarán un cierto dinero y por lo menos les dejará una vida relativamente resuelta donde sólo tendrán que preocuparse por el día a día. Les pide perdón por fallarles y por no tener otra alternativa que esa.

El suicidio es un tema muy controvertido, lo sé. Mucha gente lo considera el acto más cobarde del mundo, la huída máxima. Hay además una especie de pacto no escrito en el cual temas de suicidio no se deben hablar en los medios para no crear un posible «efecto llamada», pero este caso que comentaba Carme me ha recordado esa historia.

¿A qué punto de desesperación hay que llegar para acercarse con una radial a la pierna y mutilarse? ¿A que punto de desesperación hay que llegar y como debes imaginar el futuro para agarrar un bote de aguafuerte y seguir bebiendo mientras notas que tu cuerpo se quema? Yo no puedo ni imaginar que debe pasar por la cabeza de una persona para llegar a ese extremo y ver en este tipo de cosas su única solución. Para el y/o para los suyos.

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