Callar

Callar

callarHay veces que no te queda más remedio que callar cuando es precisamente lo último que te apetece. Esas ocasiones en las que te lo ponen tan a huevo que parece imposible resistirse. Ese mensaje, ese twit, ese guasap, esa frase… que está pidiendo a gritos un zas en toda la boca. Un corte como Dios manda. Darle la vuelta a la tortilla a lo que te están diciendo. Eso que intentan hacerte sentir culpable y tienes las palabras exactas para que no haya duda de que el culpable, o quien lo está haciendo mal, es la otra persona, esa que tienes enfrente, o al otro lado de twitter/guasap…

Pero sabes que tienes que callar. No puedes hacerlo en ese momento. No debes iniciar esa lucha, aunque sabes que la tienes ganada. No es lo correcto. Porque vas a hacer daño a terceras personas o incluso  el golpe a esa otra persona será tan devastador que no quieres hacer tanto daño.

No queda otra que callar. Y a veces duele tanto aguantar que casi te hinchas físicamente. Sala la vena a lo Patiño y te aguantas. Y lo mismo sueltas una sonrisa falsa, lanzas un twit de cortesía o das la callada por respuesta a un Guasap. Y se te queda dentro. Te consuelas pensando que quizás llegue un día en que tengas la ocasión de decirlo pero en el fondo sabes que no. Ese momento es único. Si decides callar vas a tener que callar para siempre. Y lo haces. Lo hago. No queda otra. Hay veces que callar es lo mejor. Por eso es bueno tener grandes amigos con los que sentirte libre para no tener que callar nada. O un blog donde soltarlo todo, pero en ocasiones ni eso sirve, porque ni quieres «molestar» a los amigos ni puedes bloguear porque sabes que sería lo mismo que decirlo y llegará donde no debe.

Hoy me toca callar. Quizás algún día podré decir todo lo que quiero, cuando el tiempo haya pasado y todo se haya enfriado, aunque posiblemente en ese momento pensaré «¿Para qué?»

1 comentario en «Callar»

  1. cuanta razón Dani, pero sabes? pienso que los amigos están para lo bueno y lo malo, hay veces que no los queremos molestar, pero en ocasiones nos podemos sentir ‘más libres’ al quitar ese peso que tenemos dentro, ya sea recibir palabras de aliento, hasta algo tan simple como escuchar y sentirte escuchado.

    Guardarnos cosas no está mal, hay veces que es incluso necesario, pero otras veces quizá pueden con nosotros.

    Un abrazo

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