Listillos de GinTonic

¿Por qué tenemos tendencia a ir de listillos? Si no sabemos de algo ¿qué trabajo nos cuesta reconocerlo? Como nos gusta hacernos los listillos, que de todo entendemos, que a nosotros nadie nos la da con queso. Este es un país de listillos, si. Por eso la típica frase de que «todo el mundo lleva un entrenador dentro». Porque todos sabemos que el fútbol mueve este país y que aquí todo cristo sabe de fútbol más que el que lo inventó. Y por supuesto mucho más que el que se dedica a ello profesionalmente, ha estudiado y pasa horas y horas dedicado a ellos. Na, los entrenadores de bar, esos listillos, controlan mucho más.

Pero es que en todo. Que aquí si hay que saber de algo se sabe. Pero como si lleváramos toda la vida en ello. Que aquí en España de toda la vida hemos sido del «pelotazo», del «cubata» o de las cañas, hasta que de repente se pone de moda y es muy cool tomarse un Gin. Pero nada de «el cacharrito» de toda la vida. Sus dos dedos de ginebra, 2 hielos y la tónica Schweppes de toda la vida de Dior, no. Aquí se ponen de moda los Gins y todo el mundo se hace un experto de las más soberbias combinaciones. Los bares se llenan de cartas de ginebras y ¡cartas de Tónicas!! Que todo es importante.

Y se crean zonas especiales ya no para los cocktails en general, no. Si quieres que tu bar sea in tienes que tener una Gintoniquería. Llena de toda clase de ginebras, que lo veo normal, y de toda clase de Tónicas, que bueno, pero también de extraños aromatizadores, una frutería y hasta cacharros dignos de Walter White para fabricar la meta azul. Y con eso de las tónicas os aseguro que yo leo la carta y alucino. «Tónica elaborada a nosecuantosmil metros de altitud, con agua proveniente del deshielo de nosedonde, con gas producido por noseque. De burbuja pequeña y achispada con retrosabor amargo pero de acidez controlada». Cosas muy parecidas he leído, en serio. Y que sólo la tónica ya te vale más que el Gintonic de toda la vida. Pero ojo, que no acabamos aquí.

Que ahora hay que «potenciarle» el sabor. Con especias, frutas, plantas aromáticas y nosecuantas historias. Os juro que en Madrid pedí un Citadelle (una ginebra premium que me gusta) con Tonica y venía con fresas y ¡¡¡PETALOS DE ROSA!!! ¡Yo flipaba! Que yo no sé si eso es comestible, que para mi las rosas se regalan a las niñas monas, punto. Y ahí estaba yo con aquello en la mano dudando si pedir cuchillo y tenedor para poder comerme primero la ensalada y luego pasar a la bebida.

Por no hablar de otro sitio que tardaron como 10 minutos en prepararlo. Y no por dejadez. Que si lavando la copa, que si luego le echaba hielo, la enfriababa moviéndo el hielo y lo tiraba. Lo repitió 3 veces. Luego troceando la fruta, no recuerdo cual pero aquello parecía una macedonia, servir la ginebra, remover con cuidado. Estrujar una corteza de limón(con su «estrujador de corteza de limón» especial), echar la tónica con la cuchara esa de moda para que la burbuja no se rompa (que si es pequeña y achispada todavía hay que tener más cuidado), remover sin agitar… Que estaba por asaltar la barra preparármelo yo, cohone.

Y claro, todo esto es porque somos muy cool todos. Y hoy en día parece que está mal visto pedir un GinTonic sin ensalada. De los de toda la vida. Tonterías las justas. Pero aquí somos todos tan listillos que si nos ponen un GinTonic con algas japonesas y una gamba y nos cuentan que es lo más, no sólo nos va a encantar sino que seguro que alguien incluso dice que lo probó en Londres y lo está petando. Que aquí nos gusta tanto ir de listillos, ains. Que colleja más grande tienen todos esos listillos

Os dejo con el video que tuiteo el otro día @MariaPLaya y que me parece toda una muestra de lo que somos capaces de hacer por no reconocer que de algo no sabemos y querer dárnoslas de listillos. Lo de «Un contraste bien fuerte entre las legumbres y las frutas del bosque» me parece épico.

Gintonics ABSURDOS para gente ABSURDA https://t.co/bnFu9kud1k

— María Pérez Laya (@MariaPLaya) enero 31, 2014