El amor es muy jodido

El amor es muy jodido

AmorEl amor es muy jodido, pero mucho. Y eso lo sabemos los que hemos estado enamorados. Correspondido o no, lo de estar enamorado es bien jodido. Esas maripositas en el estomago son el diablo. Te anulan, hacen que tu cerebro pase a un segundo o tercer plano. O incluso más allá. Mandan las emociones y el corazón. Adiós esa lógica aplastante de la que tantas veces nos jactamos. Da igual si esa persona está cerca o lejos, da igual si nos conviene o no. Es más, seguramente si no nos conviene o si no podemos tenerlo es más que probable que  esas maripositas se rebelen y nos nos dejen vivir en paz.

Puede surgir en el trabajo, con amigos, por internet, en una noche loca, da igual de donde vengan pero es muy jodido resistirse cuando aparecen. Y surgen las dudas, las intrigas. ¿Le gustaré, no le gustaré? ¿Me verá como a un amigo o como algo más? Y temes dar un paso más por miedo a estar confundido y que solo sea amistad, pero temes también volver a ser , otra vez, un amigo más. Esas frases de «no eres tu, soy yo», «Te quiero solo como amigo», «Es que yo nunca me voy a comprometer con nadie»… Esta última fue especialmente buena porque menos de 6 meses después de dejar lo que quiera que tuvieramos me invitó a su puta boda. Como lo leéis. La señorita «yo nunca me casaré porque nunca me comprometeré con nadie». La señorita «Es que tu eres demasiado bueno para mi, no te merezco». Esa señorita se casó y Dagarín, por supuesto, no se digno a aparecer por aquella boda.

Que jodido es el amor, madre mía. Como nos volvemos locos cuando no podemos tener algo que anhelamos. Que rápidamente se convierte esa persona en ese oscuro objeto de deseo. Y si encima esa persona lo sabe sabrá aprovecharse y, como buen pescador, sabrá darte cuerda para que no escapes pero sin dejarte marchar. Cuantos/as hay de esos.

¿Y eso de «Mejor nos damos un tiempo»?. ¿Tiempo para qué? Perdona, ¿estamos tontos o qué? yo quiero pasar todo el tiempo que pueda contigo no tomarme unas vacaciones de ti. Cuantas cosas ha oído uno al respecto. Podéis imaginar que siempre, por lo que yo sé, me ha tocado la parte de ser el abandonado. O el ni siquiera escogido. Y esto último jode tela marinera. Supongo que por eso llegó un momento en el que dije basta. Ya no quiero seguir enamorándome. No quiero seguir sintiendo mariposas en el estómago y estar todo el día pensando en ella y en cuando nos veremos otra vez. Ni sentir esos nervios de si será la definitiva.

Hace tiempo que decidí pasar de todo eso, mucho tiempo. Pero lo peor de todo es que aquí me tenéis escribiendo de amores. Y deseando como la vida misma que hubiera ese mujer que nunca he encontrado en la cama esperándome. Anhelando labios, besos, abrazos y sexo con mucho amor. Anhelando hablar horas y horas con alguien con toda confianza. Porque hay cosas que solo se cuentan a tu chica porque ni con los amigos. Queriendo una mano con la que entrecruzar mis dedos mientras paseamos. Deseando compartir el mando a distancia, el sofá y la manta. Necesitando amor. Amar y ser amado.

Pero sé que tras eso, o incluso antes de eso, toca sufrir, que el amor es muy jodido, así que leeré un libro solo en la cama hasta que el sueño me venza del todo y en unos días esta melancolía se pasará. Que el amor es muy jodido y paso de caer de nuevo.

Prometo que este es el último post con nocturnidad y alevosía en una buena temporada. Mañana a las 8:00 un post muuuuucho más alegre 🙂

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.