El accidente de Cristina Cifuentes

Yo hay cosas que nunca entenderé, como son los odios extremos. Yo no recuerdo haberle deseado realmente mal a nadie nunca en mis cuarenta y algo años de vida. Puedo no haberle deseado que le vaya bonito en la vida, pero jamás le he deseado ningún mal. Sólo a una persona, siendo aún un jovencito, que me hizo sufrir personalmente muchísimo, si le deseé que no le fuera bien en la vida. Igual uno en el fondo es buena gente o algo, no lo sé, pero yo no quiero que a nadie le pasen cosas malas, aunque no esté en absoluto de acuerdo con lo que piensa/hace o que incluso esté haciendo daño a personas. Me basta con intentar mantenerlas fuera de circulación lo máximo posible, para eso hay cárceles y tal si se lo merecen.

Por eso no puedo evitar escandalizarme cuando leo que mucha gente por twitter, y supongo que mucha más en sus casas y en sus fueros internos, deseaban que Cristina Cifuentes se hubiera muerto en el accidente de moto que tuvo el pasado miércoles. Yo creo que esa mujer, con todo lo mal que lo esté haciendo (que no lo discuto) tampoco se merece ese tipo de tratamientos ni de malos deseos. Como dirían en El Padrino, son sólo negocios, no es nada personal. O ayer, que los trabajadores del hospital donde está ingresada pedían que la enviaran a un hospital privado. (fuente: 20 minutos). No creo que sea el momento de ese tipo de historias con alguien que acaba de sufrir un accidente.

Lo cual también me recuerda la cantidad de malos deseos que se vivieron hace unos días, incluso a nivel institucional por parte de algunos sindicatos, alegrándose de la muerte de la ex-mujer del fundador de Zara, Rosalía Mera.  Desconocía su curriculum pero creo que no sé ha dedicado a ir linchando a gente por la vida. Más bien al contrario leo que se esforzó bastante por participar en proyectos y obras benéficas. Que sí, que era la mujer más rica de España, que le vamos a hacer, pero que eso se convierta en motivo para alegrarse por su muerte, pues tampoco lo veo. Tendrá sus luces y sus sombras, como todos, y seguramente tanto luces como sombras más acentuadas porque cuando alguien tiene tanto poder todo se magnifica, como en la casa de Gran Hermano.

Y volviendo a Cristina Cifuentes, Dios me libre de estar remotamente de acuerdo con las políticas de esa señora, pero creo que en ciertos momentos hay que olvidar ideologías y convertirnos todos en seres humanos. Y si alguien tiene un accidente y está mal es obligación de todo el que pueda ayudar. Y creo además que todos deberíamos alegrarnos si se recupera porque no deja de ser, ante todo, una persona. Seguramente con familia, puede que hijos, etc. ¿Realmente se merece ese odio? A mi esas cosas, vengan del lado que vengan, me recuerdan matanzas por el simple hecho de ser diferentes. Llámese nazismo, apartheid, limpiezas étnicas… todos parten de la misma base: de olvidar que pensemos como pensemos y tengamos el color de piel que tengamos, todos somos humanos. Si eso se olvida y se desea la muerte o el mal de alguien tan a la ligera, mal vamos.