Tener un blog

Aquí estoy apurando los últimos días de vacaciones antes de incorporarme de nuevo al trabajo. Incorporación que va a ser dura, mucho, por temas internos en el trabajo y porque se va a disfrutar sus días libres un compañero al que tengo que suplir (el me ha estado supliendo a mi estas 3 semanas) así que sé que será complicado, pero como dice nuestra amiga Alicia: todo controlado. Es una frase que tengo muy incorporada a mi catálogo porque me ayuda a ver las cosas con más optimismo, que en el fondo es de lo que se trata. Ya se dice que todo es según el color del cristal con que se mire, así que vamos a mirarlas desde un cristal limpito y con un tono feliz.

A lo que iba, que me disperso. Supongo que no soy el único que tiene una lista, escrita o mental, de esas mil cosas que tiene pendientes y que quiera aprovechar las vacaciones para hacerlas. Ya sea arreglar ese grifo que hay que apretar fuerte porque si no gotea, revisar el armario para tirar todas esas cosas de tiempos de la primera comunión, etc, etc. En mi caso, varias cosas de la lista relacionadas con la informática, como ordenar algunas cosas, limpiar archivos, hacer copias de las fotos a SkyDrive, … cosas que un va retrasando en pos de cosas mucho más importantes como un buen paseo matutino por el centro de Málaga o una buena siesta de esas de pijama y orinal. Ahora que me quedan dos días me entran las prisas, claro, y esta mañana me he puesto con una de ellas: ordenar mi lista de feeds, de fuentes de las que recibo noticias a diario.

Hay muchas fuentes que ya no me interesan porque han cambiado el estilo, otras que quería clasificar por «secciones» y otras borrar para evitar duplicados porque no hacen más que repetir lo mismo que hay en las páginas grandes. Y cuando me he puesto a hacerlo he descubierto que tenía decenas de fuentes inactivas. Blogs que en su día descubrí y agregué o de amigos que iniciaron su andadura bloguera y que hace meses o incluso años que no escriben. Cuantos blogs se crean y se destruyen cada día.

Yo no sé realmente que sentido tiene esto que hago, tanto bandazo que doy. Un día sobre tecnología, otro sobre borracheras, otro sobre Marta Fernández, o Alicia Young o política, sobre mis vacaciones… pero aquí llevo ya, con mis pequeñas mudanzas, más de 5 años. Con mis momentos más o menos activos, pero aquí sigo. He visto tantos blogs en esa lista que depuraba hace un rato que ya no están y que echo de menos. Blogs que aportaban más contenido que este, que son más serios o más divertidos, pero que su autor o autora se ha cansado y simplemente lo ha abandonado.

No suele haber grandes post de despedida, cierres emotivos ni espectaculares. Quizás un último post donde se indica «He decidido cerrar el blog, gracias por vuestras visitas» y punto. Salvo un caso muy muy especial en que su autora falleció y ese blog ha quedado como homenaje póstumo a ella, la mayoría están simplemente abandonados. Y da bastante pena.

Supongo que decidir tener un blog es un acto de locura pasajera. Seguir manteniéndolo ya es algo más de locura estable y no somos tantos los locos que seguimos esta aventura, sea por el motivo que sea.