300 Post dedicados a Marta Fernández: La copa de Marta

300 Post dedicados a Marta Fernández: La copa de Marta

Con este post alcanzo la mística y «leónida» cifra de 300 post en este blog. 300 entradas como 300 soles. O planetas, o satélites, o incluso como asteroides, que aquí haber a habido de todo. Y como venía prometiendo una pequeña sorpresa, pues aquí está.

Supongo que muchos no habréis podido leer las columnas que Marta Fernández ha estado escribiendo en el diario Marca durante la Eurocopa 2012 bajo el título «La copa de Marta». Por desgracia para muchos han salido sólo en la edición en papel y supongo que no todos lo comprais a diario. He intentado avisar en cuanto he podido, pero ha habido días que lo he visto tarde. Por si acaso y a modo de celebración por el post 300, aquí os dejo esos cinco textos de Marta en Marca.

Os habla un no-futbolero y os digo que a mi me han encantado. No son sólo fútbol, es algo más. Es pura Marta, esa Marta que es capaz de mezclar economía y mitología con total naturalidad y que aquí nos habla de fútbol, de historia, de algo de magia, de infancia, de ilusión… Podría comentar cada uno, pero prefiero no hacerlo. Os dejo que los disfrutéis como yo lo he hecho y que este post sea, en gran medida, un post de la propia Marta.

Pasen y lean.

08/06/2012 – Diccionario para principiantes

Cuartos (maldición de) HIST: Antigua maldición que pesaba sobre las cabezas de nuestros jugadores condenados por los Dioses del fútbol a verse apeados de la competición sin llegar a cuartos. El hechizo fue roto en 2008 contra Italia. Nos impusimos en una ronda de penaltis que fue el prólogo de la victoria final.

Favorito. 1. Adj. Condición de nuestra selección en la Eurocopa 2012. Campeones europeos y mundiales, soñamos con hacer historia con un triplete capicúa, e inédito (Eurocopa – Mundial – Eurocopa) 2. Adj. U.t.c.s. Condición de la que nunca presumen nuestros siempre templados jugadores. Ejemplo: “Esta Eurocopa será más difícil que el mundial” (Iniesta)

Gniewino. n.prop. Idílica población polaca de nombre impronunciable donde nuestra selección ha tenido a bien instalar su cuartel general para la primera fase. Aunque escrito recuerda al nombre de una actriz de apellido Paltrow, pronunciado parece más bien el relleno de un edredón sueco. Pronúnciese nieuino [g?e’vin?]

Gdansk. n.prop. Ciudad polaca donde jugaremos los tres primeros partidos. Para quedar bien en las conversaciones informales conviene mencionar que es el lugar donde nació el Sindicato Solidaridad. Si se quiere aparentar juventud, abstenerse.

Italia. n.prop. Selección de infausto recuerdo que nos apeó del Mundial de Estados Unidos en 1994. Más que la derrota nos dolió el codazo de Tassotti a Luis Enrique. La nariz rota del asturiano no fue suficiente para que el árbitro pitara penalti. Aunque los penaltis que recuerdan los Azurri son los que paró Casillas en la Eurocopa de 2008. El que transformó Cesc hizo el resto. Este domingo, ante Italia, esperamos repetir victoria con menos penaltis y menos sufrimiento.

Kassai. n.prop. Arbitro húngaro responsable de pitar nuestro primer partido en Polonia. Sólo deseamos no tener que recordar su nombre

Lesiones. n.pl. Nos van a privar de disfrutar del talento de Villa y de la sabiduría de Puyol.

Tassotti. n.prop. (cf. Italia). El italiano del codazo.

Nueve. adj. Número mágico y esotérico utilizado como sinónimo de delantero. Oficialmente, el 9 de La Roja  lo lleva Torres. Ahora falta saber a quien elegirá Vicente del Boque para poner en la punta en nuestro primer encuentro. Deshoja la margarita entre Torres, Llorente y Negredo.

13/06/2012 – La leyenda del santo entrenador

Todos somos Del Bosque. Se lee en una pancarta en las calles de Gniewino. Y hay pocas afirmaciones tan verdaderas. Porque si hay algo que nos une en tiempos zozobra y de Eurocopa es que todos creemos tener un entrenador dentro. Sobre todo cuando perdemos.

El español medio pasa de jugar en el patio del colegio a llevar en su sangre toda la sabiduría de Sir Alex Ferguson. Para ser español hay que tener alma de seleccionador. Hay que cargarse de razón para decir con aplomo: “Saca a fulanito que nos están comiendo”. Hay que indignarse en el minuto 30 si nadie calienta en la banda. Hay que dejar caer la teoría de la manta corta y debatirse entre atacar o defender, como si fuéramos popes económicos debatiéndonos entre la austeridad o el crecimiento.

Todos somos Del Bosque. O todos queremos serlo. Todos sabemos si queremos un 9 puro o un 9 impostor. Y hablamos como si hubiéramos analizado a Irlanda hasta descubrir todos sus secretos . mientras tanto, el seleccionador guarda las cartas de su baraja en la misma chistera de donde se sacó los ases que nos dieron un Mundial. De esa chistera salió en el debut un once sorpresea sin un delantero puro. Se le vio el cartón al truco y no pasamos del empate. Pero nosotros somos así: nos gusta convertir los partidos que nos quedan en pequeñas finales anticipadas.

Para mañana Del Bosque ya ha anunciado que jugará con un 9. No sabemos si será un ariete falso o verdadero. Pero le gritaremos nuestra opinión como si pudiera oírnos. Y él seguirá ahí: tranquilo, serio, el santo entrenador, el señor políticamente correcto que sabe de fútbol y no de polémicas. El mismo que se preguntaba: si al fútbol le quitamos las opiniones ¿qué nos queda?

Nos queda el juego. Juguemos.

20/06/2012 – La Historia imita al fútbol

A veces la historia se empeña en imitarse a sí misma. Y otras veces imita al fútbol. Estos días de economía incierta desearíamos que la mano de Dios viniera a recolocar los ercados para que deje de pesar sobre nosotros el fantasma diabólico de la prima de riesgo.

Y al ver jugar a los de Joachim Löw, recordamos aquello de que el fútbol es un deporte que juegan once contra once para que siempre gane Alemania. Lo malo es que eso mismo se nos viene a  la cabeza al ver a Angela Merkel investida de toda la austeridad de Lutero, echando sus cuentas con nuestro futuro y con nuestros sueños. Porque en el fondo tenemos la sospecha de que los alemanes nos pueden ganar sin bajarse del autobús, euq en un mal cruce nos puede sacar de la Eurocopa o del Euro. Sabemos que en el fútbol, como en la economía, el que deja pasar las ocasiones termina pagando. Y al final, o debemos puntos o debemos dinero.

Los balances contables no nos cuadran, pero en los futbolísticos si nos salen las cuentas. La Roja no está en crisis. La Roja no necesita rescates. La Roja no recorta más que a los defensas contrarios. Habrá quien diga que no somos el imperio que fuimos. Que en su día un balón – como la ardilla de Plinio– podría recorrer nuestro medio campo de centro en centro sin pisar una bota rival ni despegarse del suelo.

Los más agoreros recurrirán al desastre del 98, no el de Cuba, sino el del Mundial de Francia, cuando volvimos a casa antes de tiempo después de aquel pavoroso partido contra Nigeria, sin cantar ni un poquito. Habrá quien siempre tenga miedo: del futuro inminente –en cuartos o en los mercados–, de los señores de negro –los del silbato o los de las tijeras–, de las tácticas para ganar –las del entrenador del banquillo de enfrente o las de los especuladores financieros–, de las tarjetas –las amarillas o las exhaustas de crédito que todo el mundo tiene–.

Pero los hombres de Vicente del Bosque, como los grandes héroes de la historia, están también aquí para recordarnos que podemos ser productivos; que sólo se gana jugando en equipo; que aunque seamos bajitos somos muy buenos; que no vamos a dejar que nos trunquen los sueños; que no hay que especular con los resultados –ni de los bancos, ni de los partidos–. Que, en fin, no queremos nunca quedarnos en un fuera de juego.

En la Historia como en el Fútbol, los 23 de la Roja que nos representan en Polonia y en Ucrania están para recordarnos que… ¡juntos podemos!


27/06/2012 – Juegan los Peter Pan de La Roja
El fútbol no es un deporte de caballeros. Es un deporte de chavalines. Dentro de cada uno de esos jugadores geniales hay un crío jugando con un balón. No importan los millones, la fama, la gloria, los trofeos. Cuando Xavi hace una pared con Iniesta, los dos vuelven a sus doce años de porterías y pachangas, a su infancia de tocar la pelota hasta reventar y regresar a cenar a casa con las rodillas raspadas. El fútbol se juega, no se practica. Se disfruta aunque se planifique. Se paladea aunque se trabaje.
El fútbol es una máquina del tiempo. Un artefacto que transforma a once tipos experimentados en niños inventando genialidades. El fútbol es una fábrica de pura genialidad de infancia: la de Torres celebrando un gol como cuando correteaba por los campos de Fuenlabrada, la de Iniesta sirviéndole un pase teledirigido, la de Silva convirtiéndose en malabarista en el centro del área.
Ellos juegan y juegan y cuanto más juegan y más se divierten más bonito es lo que dibujan en el campo. Esa es su magia. Esa es nuestra felicidad: once niños disfrutando como cuando las notas de junio eran lo único que nos preocupaba. En el fondo esto no es más que un partido entre vecinos. Los de aquí contra los de al lado. Como cuando teníamos doce años y jugábamos contra los del colegio de enfrente. Salgamos al césped y disfrutemos. Salgamos y toquemos. Salgamos y juguemos en el sentido más infantil de la palabra. Vamos a enseñarle al niño prodigio de la otra clase que es mucho mejor ganar si te lo pasas bien, que es mucho mejor sonreír celebrando un gol por la banda que ponerle caras a una cámara.
Hoy merecen ganar los que entienden el fútbol como un juego y no como una venganza. Merecen ganar los que creen en hacerlo bonito. Merecen ganar los prestidigitadores, los que nos emocionan, los que darían su reino por un buen pase, los que se calzan las botas para hipnotizar al balón y a la grada. Merecen ganar los bajitos. Los que nos hacen vibrar viéndolos desde casa. Los Peter Pan de La Roja.
Merecen ganar por el niño que llevan dentro… por el que llevamos nosotros. Por tantas rodillas raspadas.

01/07/2012 – Aprendices de brujo contra magos

Cuentan las leyendas que en lejanas ciudades del centro de Europa los magos se reúnen para compartir sus trucos. Acuden embozados y misteriosos, cargados con maletas de contenidos imposibles: palomas narcotizadas, sierras afiladas para cortar cinturas, cajas de fondo oscuro como la nada y chisteras donde los elefantes se vuelven diminutos. Cuentan que en una de sus maletas, uno de los magos llegó a llevara una bailarina húngara que practicaba sus contorsionismos entre las camisas y los pañuelos. Y que de la bolsa de viaje de otro, salieron mil varitas blancas y negras como escaques de ajedrez. Cuenta que no es raro que desparezca el equipaje. Y que con un abracadabra vuelva a aparecer.

Cada cuatro años se reúnen en sus misteriosas convenciones para venderse secretos. Sólo se admite a los mejores. Sólo van los que tienen algo realmente bueno que enseñar. Los vendedores de trucos despliegan su repertorio mágico ante los ojos asombrados de los compañeros. Y cuando la reunión termina, salen de allí con varios ases en la manga y algún número nuevo en la maleta.

Cuentan las leyendas que en esas mismas ciudades del centro de Europa un mago sabio y experimentado llamado Del Bosque reúne a sus veintitrés prestidigitadores para compartir sus trucos: balones que parecen magnéticos, botas con brújula para dirigir pases, guantes donde se pierden los penaltis del contrario. Cuenta que uno de los pequeños magos es capaz de zafarse de cinco rivales como si estuviera solo. Y que otro ha descubierto un pasillo en el aire por donde la pelota vuela exactamente donde quiere. Cuenta que hay uno que corre tanto que parece estar en dos sitios a la vez. Y que entre todos pueden conseguir el prodigio de que se evaporen los minutos sin dejar de tocar el balón, como si el contrario fuera a desaparecer.

Cuentan las leyendas que hay unos aprendices de brujo italianos que querían jugar a ser magos españoles. Que intentaron cambiar su repertorio de pases pargos y defesas cerradas por un centro del campo sorprendente. Se sacaron de la chistera un juego que no era el suyo y, disfrazados de otro, llegaron a la final. Pero por más que lo intentaron, no dieron con el verdadero truco. No pudieron vencer.

Porque las leyendas también cuentan que los nuestros han descubierto la magia del fútbol. Y que han viajado a las lejanas ciudades del centro de Europa para asombrar al mundo por tercera vez.

Epílogo

Espero que os hayan gustado estos breves textos de Marta. A mi me han encantado y me ha sabido a muy poco. Queda la esperanza de que esta experiencia anime a Marta a colaborar más en prensa escrita o en web y podamos seguir disfrutando de su magia y su especial estilo para escribir. Aquí ya sabe que tiene un huequito y que me encantaría contar algún día con algunas palabras suyas, alguno de sus relatos… ojalá ese sueño se haga realidad. Yo sólo digo que el 18 de este mes de julio es mi cumpleaños. #ahílodejo

PD: Textos recopilados y reproducidos sin permiso de la edición en papel de Marca. Si el propietario de estos textos desea que se retiren, no tiene más que comunicarse conmigo en dagarin@dagarin.com

1 comentario en «300 Post dedicados a Marta Fernández: La copa de Marta»

  1. Sinceramente, me han ENCANTADO. Porque no son solo fútbol, tienen magia. Porque no son solo fútbol, sino que hacen que te identifiques en muchos -demasiados- momentos. Porque te hacen soñar y te hacen sonreír. Y todo eso solo se consigue con un manejo de la palabra así.

    Yo también me quedo con ganas de más, Daga.
    Un abrazo!

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