El opio del pueblo

El opio del pueblo

Llevo desde que empezó toda esta movida del 15M/Indignados/Acampados leyendo cosas que no me cuadran por muchos sitios. No hablo del movimiento en si. Mi opinión ha variado poco respecto a lo que os conté hace unos días cuando empezó, así que como imaginaréis no voy a repetir lo mismo. Lo que no deja de llamarme la atención desde el principio, y cada vez más recrudecido, es la fobia que estos indignados están mostrando hacia los médios de comunicación.

Y como es habitual en este movimiento no van en contra de nadie, sino de todos. No gritan a medios de derecha ni de izquierda, gritan a todo el que lleve una cámara y un micrófono. Protestan a todos por no darles suficiente cobertura, pero cuando luego llegan los reporteros y se plantan en alguna parte a conectar en directo o cubrir algo que esté sucediendo, les gritan, les llaman manipuladores, les impiden hablar con claridad, llenan la imagen de pancartas… En definitiva, los ahuyentan.

Se podría decir que uno de los climax de esta situación se produjo el viernes pasado, cuando los Mossos d’escuadra desalojaron a los manifestantes a la fuerza para, en teoria, limpiar la plaza de cara a las posibles celebraciones si el Barça ganaba la Champions el sábado(Felicidades a los y las culés). Y no sé vosotros, pero yo vi en la tele escenas del desalojo, la policía cargando con porras y escopetas con balas de goma, gente arrastrada de los pelos, etc… que es lo que los manifestantes denunciaban. Pues yo lo vi, y tampoco tuve que buscar demasiado, pero resulta en que ellos insisten en que no se ha visto, que se ha ocultado esto y que se está dando la versión oficial. Curiosamente, la policía denuncia lo contrario, que se está dando una imagen de brutalidad y carga policial que no fue tal. En definitiva, lo habitual: cada uno barriendo para su lado y todos acusando a la prensa de manipulación, tanto fuerzas de orden público como manifestantes (acampados en este caso)

Como pequeño ejemplo, el viernes leí en twitter que en Las Mañanas de Cuatro, el programa de Marta Fernández, estaban hablando de la champions en vez de cubrir lo que estaba pasando en Plaza Cataluña. Suelo ver el programa grabado por la noche así que no esperaba ver lo que ví. El programa empezó hablando del brutal desalojo e hicieron varias conexiones en directo, mantuvieron la pantallita abajo mostrando lo que sucedía en varias ocasiones, hablaron en la tertulia… ¿Que más querían? Supongo que todo el mundo cree que lo que le sucede «en su barrio» es lo más importante del mundo, pero tampoco me parece que los acontecimientos tuvieran una importancia tal como para desmantelar toda la programación por este tema. Os dejo unos minutos del programa para que veáis el tono que le dieron y juzguéis. Conectaron y hablaron del tema mas veces, esto es una muestra.

Hace ya unos cuantos añitos, como unas cuantas décadas, un tal Marx (no Groucho) dijo que la religión era el opio del pueblo, y no puedo estar más de acuerdo con esa afirmación. Claramente la religión fue utilizada para controlar a las masas durante siglos. En los tiempos que corren, en la era de la comunicación, los medios son el nuevo opio del pueblo. Son la nueva forma que tienen los poderes de adormecernos y atontarnos. Ya sea el poder oficial o los que luchan por ese poder, cada uno utiliza sus armas (sus médios) para vender la película que les interesa o para adormercernos y que no pensemos demasiado. Pero al igual que dentro de la religión no todos eran manipuladores y siempre ha habido y habrá gente buena, buenas congregaciones, etc… con los medios también sucede así.

No me parece justo que se trate y se linche, metafóricamente hablando, a todos los medios por igual y, sobre todo, a todos los periodistas por igual. Ya sabéis el respeto tremendo que tengo por esa profesión, a la que no pertenezco ni en la que tengo ningún miembro de mi familia, y afirmar que todos los medios son iguales y que todos los periodistas son unos manipuladores me parece bastante injusto. Que haberlos los habrá. Los hay, sin ninguna duda, pero no todos. Hay demasiados que utilizan esa fuerza que tienen en interes propio y de sus amigos. Sin embargo, también hay otros muchos que se esfuerzan por intentar hacernos llegar la información más veraz y objetiva posible.

Por suerte, hoy tenemos mil medios de comunicación a nuestro alcance, en televisión y fuera de ella, así que en nuestra mano está no dejarnos manipular, no tragarnos el opio que nos den sin plantearnos si es la verdad, buscar diferentes vías para contrastar lo que nos cuentan. No demonicemos a todos los periodistas por igual, porque muchos se la juegan para que tengamos esa información, esas imágenes. Seamos selectivos y dejemos que cada uno haga su trabajo con la mayor responsabilidad posible.

Y si no lo hacen bien, existe el mercado, la oferta y la demanda, el buscar la información en otras vías. Si creo que algo va teniendo esta generación que llega, que ya está aquí, es capacidad para no tragarse lo que le cuentan sin dudar de ello, capacidad para cuestionarlo todo y medios para comprobar si lo que le están contando es o no cierto. Y eso es lo mejor que pueden hacer. Porque dudando de lo primero que te dicen y contrastando, acabas llegando a la verdad, aunque precisamente sea lo que ya te contaron.

Inspirado por conversaciones twitteras con el gran @libey

Últimamente dedico algunos post y me está gustando. Este lo dedico a una periodista recién encontrada en twitter y que el viernes estuvo jugándose el pellejo en la acampada de Barcelona para que pudiéramos saber lo que sucedió. Periodistas buenos los hay, no despreciemos su trabajo por norma.

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