On the road: Madrid

On the road: Madrid

Tumbado aquí en la habitación del hotel, un poco destrozado después de toda la tarde pateando el centro de Madrid, descansando un poco antes de ir a cenar algo ligero, que tampoco tengo demasiada hambre, os cuento un poco de mi primer día on the road

Madrid ya lo «conozco», muy entrecomillado, claro, porque lo de conocer Madrid del todo lo supongo imposible incluso para gente que haya vivido aquí 100 años. Sin embargo, aunque he estado muchas veces aquí, bien de vacaciones o bien de trabajo, siempre que llego tengo las mismas sensaciones: Madrid es muy grande, Madrid es muy estresante y yo soy muy cateto de pueblo. Así de claro. Y es raro, porque Málaga tampoco es que sea una ciudad demasiado pequeña, aunque nada comparado con Madrid. E incluso cuando he estado en Lisboa, Copenhague o Londres, no siento esa sensación de «catetismo» que me llega al pisar Madrid.

Será por ese seguir en mi propio país pero ver algo tan diferente, esos gigantéscos edificios de la Gran Vía, esa Plaza Mayor, esos enormes túneles en mitad de la ciudad… todo me impresiona. Me siento pequeñito aquí, pero no me siento incómodo, no me entendáis mal. Creo que no podría vivir en Madrid, o si, no sé (Dios, ya pienso en Gallego y aún no he llegado, jaja). Es un ritmo muy diferente. No me gustaría vivir en un pueblito pequeño, pero creo que Madrid me supera. O quizás es cuestión de cogerle el ritmo, de olvidarte de coches y adaptarte al ir de un lado para otro andando y en metro. De acostumbrarte a todo lo que hay disponible y no querer absorberlo todo de golpe.

Porque en parte es eso lo que me sucede. Hoy he visto en la Gran Vía una tienda National Geographic, que no tenía ni idea que existía esa franquicia, y he querido quedarme a tomar algo. Y un McDonalds café, que tampoco sabía que existían, y he disfrutado mi Mocca Blanco en el Starbucks de Callao, porque en Málaga aún no ha llegado eso de los Starbucks. Y me han entrado muchas ganas de ver Los Miserables. Y he visto por primera vez la Joy y me han dado ganas de entrar y ver esta noche una actuación en directo, y he pasado casi una hora perdido en la FNAC de Callao viendo libros y discos que en Málaga, aunque nos acaban de abrir una, nunca llegaremos a ver… y eso son solo unos ejemplos en unas pocas horas.

Madrid ofrece tanto para alguien que, como yo, viene de una ciudad donde apenas hay vida socio/cultural que me agobia, porque quiero hacerlo todo. Y claro, no puedo. Y he disfrutado paseando, han arreglado muchas calles, peatonalizado una gran parte del centro (o eso me ha parecido a mi comparado con la última vez que vine) y me ha encantado. Madrid es grande, me hace sentir cateto, pero me encanta.

Y hoy solo ha sido día de «transición» y ya lo estoy disfrutando. Mañana empieza lo mejor. Empezaré a hacer cosas que tenía muchas ganas de hacer y continuaré (mañana tarde o el martes) mi periplo hacia el Norte a conocer a gente que me apetece mucho y que me brindan esa oportunidad de desvirtualizarnos. Y espero seguir disfrutando incluso más que hoy.

4 comentarios en «On the road: Madrid»

  1. Una vez vives aquí la perspectiva es la de vivir en un barrio, y al final te acomodas y el Centro lo visitas esporádicamente cuando hay algo que te interesa, vamos, como si vivieses en Toledo.

  2. Si quieres otro mocca blanco en el aeropuerto hay un Starbucks, jeje. Por cierto también hay una tienda National Geographic. Ninguno de esos dos sitios son de mi devoción.

  3. El Starbucks del aeropuerto lo conocía, pero fijate donde hay que ir en málaga a tomar un café de esos, donde hay gente internacional. Si es que es lo que te digo, unos catetos. Lo de la tienda NG si que no lo conocía, y tampoco es santo de mi devoción, pero es curioso que existan.

    Saludossss

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.