Avatar: 3D

Es mas de la 1 de la madrugada y acabo de llegar del cine de ver la película de moda: Avatar. Además, en 3D. Clavazo del 15 lo de cobrar mas de 10 euros por una peli, pero bueno, eso es otra cuestión. El caso es que tanto oir hablar de la película y de las excelencias de este nuevo 3D que lleva ya un tiempo con nosotros y que aún no había probado, me han hecho decidirme a juntar ambas experiencias en una, así que aquí vengo, con un sabor agridulce que quiero compartir con vosotros, sufridos lectores.

Empezaré brevemente hablando del nuevo 3D. Yo lo llamo así, Nuevo 3D, porque no es el sistema que yo he conocido desde siempre, ese que te daban unas gafas de cartón con un plástico rojo y otro azul, y que nunca he podido disfrutar. El tema de no haberlo disfrutado antes ha sido culpa mia. Tengo un problema en mi ojo derecho, que tiene la visión muy limitada, y este sistema basado en diferenciar lo que se da a cada ojo mediante colores, pues no funcionaba conmigo. Desconozco a nivel técnico como funciona exactamente este sistema, pero se ve que pasa la información sin diferenciar tanto a los ojos o algo hace especial que SI, por fin, he podido ver una película en 3D. La sensación es rarísima. De hecho, creo que era la primera o segunda escena de la película donde se ve una gota flotando en la ingravidez del espacio y, por fin, yo veía esa gota flotando entre mis ojos. Impresionante. Como esas escenas, otras muchas en la película si me han llegado a transmitir la sensación de que algo salía de la pantalla. Realmente estas 3D sin parecen funcionar con gente que, como yo, tiene alguna deficiencia visual. Aparte, las gafas son bastante grandes y, aunque llevo gafas, me las he podido acoplar bien sin apenas molestias.

El 3D funciona y he alucinado bastantes veces en las mas de dos horas y media de película con ese efecto. Por desgracia, en esta vida no hay nada perfecto. La contrapartida que, para mi, han tenido estas 3D ha sido una tremenda pérdida de luminosidad y colorido en la imagen. Si habéis visto trailers en la TV o por internet, habréis notado que la película es un despliegue de color tremendo. La tecnología que llevan esas gafas, el tipo de cristales o lo que sea, produce que todo se oscurezca, que todo pierda brillo y que muchos colores se apaguen tremendamente. A veces, me he quitado las gafas un momento y veía que me estaba perdiendo un espectáculo de luces impresionante. Toda la grandiosidad que muchas de esas escenas debían transmitir quedaban muertos para poder disfrutar el efecto tridimensional.

Y hablamos de Avatar, una película donde los colores son totalmente irreales, donde todo es forzado y engrandecido en virtud de crear ese mundo imaginario de Pandora. ¿Como se podría aplicar esta tecnología a una película «normal»? Sin esta exageración de colores, con un tratamiento normal de la luz, toda la labor de fotografía desaparecería por culpa de las dichosas gafas. Al final, dos de los que hemos visto la película coincidimos en que preferimos (o casi), verla en formato normal para poder apreciar realmente la película, aunque nos perdamos esos efectos en 3D.

Dicen que está tecnología la tendremos en unos meses en nuestras casas, en los nuevos televisores que empezarán a comercializarse ya mismo. Supongo que al principio, como siempre, será una tecnología cara y al alcance de pocos. Pero también como siempre, acabará reduciendo su costo y la tendremos en casi cualquier televisor. De hecho ya se dice que la PS3 podrá reproducir BlueRays con esta tecnología para verse en las nuevas teles que Sony empezará a vender a principios de 2010. Incluso ya existen juegos que incluyen la posibilidad de jugarlos en 3D, como el propio Avatar. Espero que para cuando esta tecnología se popularice, este tema de la pérdida de color y brillo se solucione, porque mientras tanto, será algo que, para mi, no compense. Prefiero ver las imágenes planas, pero disfrutarlas en todo su esplendor.

Iba a hablaros también algo de la película, pero prefiero dejarlo para otro post que publicaré mañana, porque creo que con esto ya tenéis bastante por un día 🙂