Llaves

Acabo de llegar a casa después del día de trabajo. He empezado a vaciarme los bolsillos y era interminable. Las llaves de casa, las de la moto, el parking, el coche, la empresa…. aparte de móvil, cartera y algunas monedas (pocas, que ya estamos a día 15).

Y viendo el montón de llaves me he acordado de cuando era pequeño. Recuerdo la ilusión que me hizo cuando me dieron las primeras copias de las llaves de casa. Increible, tenía llaves. Tenía libertad, podía entrar y salir cuando quisiera (siempre a riesgo de comerme la tremenda bronca de mi madre si «cuando quisiera» era un poco tarde, claro). Me hizo sentir mayor y responsable.

Recuerdo que por aquel entonces veía los manojos de llaves de mi padre, que trabajaba en un hotel, y pensaba siempre que cuantas mas llaves tenía una persona, mas responsable e importante era. Empecé incluso a comprar pequeñas mochilas y candados con llaves que ponía a cualquier caja con algún tesoro enorme para mi con tal de llenar mi llavero. Creo que quería ser tan importante como el, tan importante como todos vemos a nuestros padres de pequeños.

Es curioso como de pequeños queremos crecer, hacernos mayores, tener responsabilidades. Ahora casi cada una de esas llaves que he sacado de mis bolsillos es una responsabilidad y una losa que pesa. Ya no son llaves que guardan ese pequeño tesoro que hemos comprado o encontrado. Las llaves de la casa que has de mantener, las llaves del trabajo que te esclaviza día tras día…

Ahora quisiera volver a aquel momento en que no tenía llaves, en que se preocupaban de que todo estuviera bajo control por mi, pero todo tiene su momento y ese tiempo pasó. Ahora no me queda mas que cuidar esas llaves. Eso si, intentaré que sean las menos posibles y que no pesen demasiado.