Chivo Expiatorio

Hoy me ha tocado, de nuevo, ser el chivo expiatorio de un problema en mi trabajo. Por desgracia, no es la primera vez y estoy convencido de que no será la última. Como suele decirse, «siempre es bueno que haya niños para que paguen». En el ámbito empresarial, se podría cambiar el tema de los niños por subordinados. Siempre es bueno que el jefe tenga un subordinado al que culpar de los problemas que pueda para limpiar su nombre y el de la empresa.

Y no se trata de algo propio de la empresa donde trabajo actualmente, me ha sucedido también mas de una vez en la que trabajaba antes. Hay un problema con un cliente, debido a la empresa, a problemas generales, a fallos en la gestión, a errores de los superiores… pero siempre es bueno tener a alguien sobre quien cargar las culpas de manera que quede como que ha sido decisión y error propio de ese subordinado, que se llevará la reprimenda en cuestión y deja mucho mas tranquilo al cliente.

Y ya os digo que lo considero una práctica bastante habitual, y hasta cierto punto la entiendo. Si ves la empresa como algo mas grande que tu, que es lo que es realmente, sabes que a veces tienes que sufrir daños y/o males por salvar situaciones complicadas. Y mientras se haga con cierto respeto, explicando la situación, haciéndote ver esta necesidad y que realmente la culpa no ha sido tuya, pues la verdad es que no me importa demasiado tragar por ahí. Hay que entender que si una jugada de esas salva una situación que puede comprometer un buen cliente para la empresa, tienes que asumir que el tuyo es un mal menor. Y mientras así te lo hagan ver y, sobre todo, te hagan ver claramente que el empresario/jefe sabe que la culpa no es tuya pero debe hacerlo así, pues no hay mas remedio que tragar.

Es lo que toca, señores. Y no me encuentro mal, se que es normal, no hay mas que rascar y por lo menos hoy ha sido con ese respeto mínimo que pido.

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